La investigación sobre lo sucedido en el Medusa Festival de Cullera, que acabó con la vida de un joven de 22 años y con numerosos heridos, tras desplomarse varios pórticos del escenario, continúa abierta y cada vez se van conociendo nuevos informes, como el de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), clave para entender el suceso del pasado 13 de agosto.
La Aemet concluye en su informe que “un reventón de aire provocó un brusco ascenso de temperatura, un acusado descenso de humedad relativa y rachas muy fuertes de viento de entre 70 y 100 km/h”.
El perito detalla en su informe lo que ocurrió aquella fatídica madrugada, en él explica que se produjeron una serie de tormentas “en fase de disipación” que llegaron a zonas bajas del prelitoral y litoral de Valencia poco después de las 3 de la madrugada. Al recinto del multitudinario evento llegó “poco después de las 4 de la madrugada”.
Además, también confirma la presencia de una masa de aire que se estaba desplomando desde la base de la nube hasta la superficie, impactando finalmente contra el suelo y expandiéndose horizontalmente, con dirección principal de expansión hacia el este.
Informe Guardia Civil
Por su parte, los agentes de la Guardia Civil comprobaron los anclajes de la estructura del Festival y los consideraron “insuficientes”.
Un ingeniero especialista en instalación de escenarios ha sido el encargado de desarrollarlo, tutelado en todo momento por la Guardia Civil.
La conclusión es “demoledora”: el informe ha detectado irregularidades importantes. En primer lugar, existían unos maceteros de 1.000 kilos. Hacían función de contrapeso y estaban sujetos con cinchas. Hasta ahí todo correcto.
A ellos se sumaban unas piquetas de tamaño de un metro para fijar la estructura al suelo. Su combinación con los maceteros debería haber sido suficiente. El problema está en que el perito ha detectado que estaban clavadas únicamente a 15 centímetros de profundidad.
