Un estudio de calidad del aire sitúa a València entre las ciudades de España más contaminadas con partículas finas. Así se desprende de las mediciones PM2.5 realizadas por València en Bici-AE Agró dentro del proyecto Cycling With Clean Air de la Coordinadora en Defensa de la Bicicleta (ConBici).
En cuanto a los datos específicos sobre la calidad del aire en diferentes ciudades, el análisis también revela que la calidad del aire varía de una ciudad a otra. Burgos se destaca como la ciudad con mejor calidad del aire, mientras que València y Vitoria-Gasteiz presentan mayores niveles de contaminación.
De hecho, los resultados reflejan la «mala situación» en que se encuentra el ‘cap i casal’ y evidencian que solo el 32% de las medidas cumplen con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es decir, que el 68% del tiempo de medición en València el voluntariado estuvo expuesto a niveles de contaminación más altos del sugerido.
En contraste, por ejemplo, otras ciudades como la de Santiago de Compostela que presentan una situación más favorable a pesar de haberse unido recientemente al proyecto, con el cumplimiento de los límites de la OMS en el 53% de las mediciones.
Prevenir el 80% de las muertes por partículas PM2.5
Esta iniciativa de ciencia ciudadana involucra a voluntarias y voluntarios que han estado midiendo la calidad del aire en 16 ciudades durante más de 2.945 horas. Aunque la media de concentración de partículas PM2.5 se mantiene en 9 μg/m³, lo cual está en el rango amarillo según nuestros estándares, supera los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según la OMS, la media anual y diaria no tendría que exceder los 5 μg/m³ y los 15 μg/m³, respectivamente. Así, explican que estos resultados «muestran la importancia de tomar medidas para reducir la contaminación del aire y proteger nuestra salud» y la «urgencia» de abordar dicho problema global de manera efectiva.
De hecho, casi el 80% de las muertes relacionadas con las partículas PM2.5 podrían prevenirse si se consigue reducir los niveles de contaminación y ajustarlos a las recomendaciones de la OMS.
A raíz de toda esta información recogida, el proyecto ha generado mapas de contaminación, disponibles para la libre consulta en la plataforma de datos abiertos, que muestran cómo se distribuyen las partículas PM2.5 en cada ciudad y que son útiles para identificar áreas específicas con mayores niveles de contaminación y hacer seguimiento del progreso de las medidas implementadas para reducir las emisiones.
En este sentido, se espera que la introducción de medidas más estrictas, como las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), ayude a mejorar la calidad del aire en el futuro, sobre todo, después de observar que los niveles de PM2.5 varían a lo largo del día, siendo más altos durante las horas de la mañana a causa del aumento del tráfico.
