El incendio forestal declarado ayer sábado en una zona de vegetación y cañar del Parque Natural del Turia, en el término municipal de Riba-roja (Valencia), quedó estabilizado al caer la tarde tras generar momentos de tensión por su cercanía con el casco urbano. El fuego se inició a las 16.35 horas y obligó a activar la situación 1 del Plan Especial de Incendios Forestales (PEIF), dado el riesgo para bienes forestales y, en menor medida, para la población.
El Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia movilizó un amplio dispositivo para las tareas de extinción, con tres dotaciones de bomberos, cuatro brigadas BRIFO, cinco unidades de bomberos forestales —una de ellas helitransportada—, dos autobombas, un coordinador forestal y tres medios aéreos de la Generalitat. La intervención fue especialmente delicada por haberse producido en la partida de Botaia, dentro del parque natural y muy próxima a unas 40 viviendas y al colegio público Camp de Turia.
Control y retirada de medios aéreos
Según relató a EFE el alcalde de Riba-roja, Robert Raga, “ha habido cierta tensión” por la cercanía de las llamas con el entorno urbano, aunque destacó la “rápida y bastante eficaz” actuación de los servicios de emergencia. Dos avionetas y un helicóptero realizaron descargas aéreas durante varias horas hasta lograr estabilizar el frente del fuego.
Sobre las 19.00 horas, dos de los tres medios aéreos fueron retirados tras comprobarse la evolución favorable del incendio, que en ese momento ya estaba en fase de control. Aunque el fuego no se dio por extinguido, los bomberos seguían durante la noche realizando labores de vigilancia para evitar posibles rebrotes, ya sin peligro para las viviendas.
Situación bajo control
La superficie afectada ha sido de aproximadamente una hectárea, según estimaciones provisionales. La rápida respuesta del operativo permitió contener el avance de las llamas en una zona especialmente vulnerable tanto por su valor medioambiental como por su cercanía al núcleo urbano.
El Centro de Coordinación de Emergencias mantuvo durante toda la jornada la situación 1 del PEIF, que se aplica en casos donde el fuego puede dañar bienes forestales y representar un riesgo leve para personas o infraestructuras no forestales. En este caso, la intervención evitó consecuencias mayores en un área sensible del término municipal de Riba-roja.
