Los investigadores han modelizado la dispersión ambiental de ocho pesticidas aplicados durante un periodo de diez años sobre los arrozales del parque natural. Lo hicieron bajo condiciones reales de clima, manejo agrícola y circulación del agua.
El estudio, publicado en la revista Environmental Pollution, integra un modelo hidrológico de alta resolución que simula el manejo agrícola en arrozal. También, lo combina con un modelo hidrológico implementado a escala regional.
Resultados del estudio
“Los resultados del estudio muestran que anualmente se aplican unas 35 toneladas de pesticidas en el Parque Natural de la Albufera. De estas, siete son emitidas por los campos de arroz al agua del parque. Aproximadamente 1,5 entran en el lago de la Albufera”, explica Pablo Amador.
También se concluye que 0,6 toneladas de pesticidas se vierten por las golas al mar Mediterráneo. Además, el compuesto más aplicado es el herbicida Bentazona, con 11 toneladas. El cultivo del arroz ocupa aproximadamente 130 km² de la superficie total del parque (209 km²).
Herramienta
La herramienta utilizada por los investigadores del Instituto Cavanilles de la UV permite representar con precisión los pulsos de entrada y salida de agua en el sistema de riego tradicional del parque. Además, rastrea el transporte de contaminantes en las masas de agua a escala diaria. La resolución alcanzada supera con creces la del monitoreo convencional o la de los modelos ambientales publicados hasta hoy.
Entre otras cuestiones, indica Pablo Amador, “el modelo demuestra que los pesticidas utilizados de manera intensiva en el cultivo del arroz son arrastrados a través del agua de escorrentía y drenaje. Así contaminan los ecosistemas acuáticos del parque natural pocas horas después de ser aplicados”.
Compuestos con mayor riesgo
Además, los compuestos con mayor riesgo para los organismos acuáticos del parque son los fungicidas Azoxistrobin y Difenoconazol. Otro es el herbicida MCPA. Según apunta Andreu Rico, “las zonas con mayor riesgo de exposición se localizan al sur del lago, donde confluyen aguas de retorno agrícola con altas cargas contaminantes”.
Estudio científico
El estudio científico, en el que también participan Yasser Fuentes-Edfuf (Universidad Instituto de Empresa) y Claudia Martínez-Megías (Tragsatec), concluye además que durante la campaña de cultivo se han detectado mezclas de hasta cinco pesticidas. Estas superan el umbral de riesgo simultáneamente en el lago. Se alcanza el riesgo máximo en el mes de agosto, con niveles que pueden provocar efectos crónicos en hasta el 40 % de las especies acuáticas del lago.
“Este hecho demuestra que la contaminación va más allá de los arrozales. Además, afecta a todo el sistema acuático del parque natural”, indica Andreu Rico.






