El actor y director Robert Redford, una de las grandes leyendas de Hollywood, ha fallecido este martes en su hogar de Utah, según The New York Times. “Robert Redford ha fallecido en su casa de Sundance, en las montañas de Utah, el lugar que amaba, rodeado de sus seres queridos”, ha confirmado su publicista Cindy Berger a Variety, añadiendo que su familia «solicita privacidad».
Un referente del cine estadounidense
Con Redford se marcha no solo una estrella de la interpretación, sino una figura clave del cine estadounidense de los últimos 50 años. Tan relevante como su trabajo como actor fue su faceta de director y su papel como impulsor del cine independiente a través del Festival de Sundance, celebrado en las mismas montañas de Utah que tanto quería y donde ha fallecido.
Un actor carismático y exigente
Redford fue un rebelde de temperamento calmado, situado políticamente a la izquierda y afín al Partido Demócrata, que nunca aceptó conformarse con ser únicamente un rostro que la cámara amaba. Como actor, su filmografía despegó en 1967 con Descalzos en el parque y La jauría humana. Para el gran público, su carrera queda asociada al dúo con Paul Newman en Dos hombres y un destino y El golpe. Más decisiva aún fue su alianza con Sydney Pollack, que lo dirigió en Tal como éramos, Las aventuras de Jeremiah Johnson, Los tres días del Cóndor o Memorias de África.
Compromiso político y activismo
Su preocupación política se transparenta en elecciones como El candidato o Todos los hombres del presidente, sobre la investigación del Watergate en la que interpretó a Bob Woodward. En paralelo, mostró una sensibilidad ambiental sostenida: junto a su hijo James Redford, fundó The Redford Center, una organización sin ánimo de lucro dedicada a producir documentales para concienciar sobre el cuidado de la naturaleza.
Dirección y salto a Sundance
La carrera de director se inauguró con Gente corriente, ganadora del Oscar a mejor película y mejor dirección en 1980, el único de su carrera —al margen del honorífico de 2001—. Como actor fue nominado en 1974 por El golpe y, desde 2019 (con un pequeño cameo en Vengadores: Endgame), no volvió a ponerse ante la cámara. En 1981 creó el Festival de Sundance (en homenaje al nombre de su personaje en Dos hombres y un destino). Nacido de una preocupación ecológica, el certamen se convirtió enseguida en el gran trampolín del cine independiente y preparó la llegada de la avalancha de nuevas voces de los años noventa.
Vida personal y legado
Tras el impulso de Sundance y su consolidación como director, redujo su presencia como estrella: en los años ochenta solo rodó Memorias de África, Brubaker, El mejor y Peligrosamente juntos. Vivía en Utah con su esposa, la pintora alemana Sibylle Szaggars, a quien conoció en 1996 en Sundance y con quien se casó en 2009.






