La Diputació de València subvenciona un proyecto de la Asociación Alanna para ofrecer atención especializada a mujeres víctimas de violencia de género. Además, estas mujeres también sufren adicciones o patologías mentales.
En palabras de la vicepresidenta primera y responsable de Igualdad, Natàlia Enguix, “esta iniciativa es un ejemplo de las políticas efectivas que impulsamos. Así, permitimos que los recursos lleguen directamente a las víctimas a través de los ayuntamientos y las asociaciones, donde se da esa respuesta a las mujeres que tienen problemas reales y necesitan ayuda.”
Proyecto de Alanna
El proyecto de Alanna es uno de los 57 aprobados por el área provincial de Igualdad en la convocatoria de este año para asociaciones. Esto incluye una inversión global de 180.000 euros que se suma al 1.027.000 euros concedido a los ayuntamientos, mancomunidades y el consorcio que forman parte de la Red contra la Violencia de Género de la Diputación.
“No se trata solo de anunciar dinero para políticas de Igualdad, sino de preocuparse porque los recursos económicos lleguen donde tienen que llegar. De esta manera, se ayuda a los entes públicos y asociaciones a que pongan en marcha iniciativas que mejoren la vida de las mujeres víctimas de violencia machista,” explica la vicepresidenta Enguix.
La iniciativa presentada por Alanna actúa en un ámbito muy concreto, como es la incidencia entre la violencia de género y las adicciones. Esto es “una realidad más habitual de lo que pensamos,” apunta la gerente de Alanna, Chelo Álvarez.
En su opinión, “la interseccionalidad no es la mejor manera de trabajar en materia de violencia de género. Desde nuestra asociación tratamos de ayudar a las víctimas a resolver sus problemas de forma personalizada. Evitamos mezclar a mujeres que han sufrido malos tratos con mujeres que tienen otras problemáticas como las adicciones o la exclusión social, pero no la de la violencia machista.”
Violencia de género y adicciones
En el caso del proyecto impulsado por Alanna y subvencionado por la Diputación, “el objetivo es ofrecer una atención directa y especializada a mujeres víctimas de violencia de género. Estas mujeres, además, presentan adicciones al alcohol o los barbitúricos. Incluso hay casos en los que aparece una patología dual como es la adicción y una enfermedad mental.”
“Hay dos tipos de situaciones: la de mujeres que primero presentan las adicciones y acaban sufriendo violencia de género; y la de mujeres que, a raíz de ser víctimas de violencia machista, empiezan a consumir,” explica la responsable de Alanna. Una integradora social que conoce ambos problemas en primera persona es la encargada de dirigir estos grupos terapéuticos.
La psicóloga y psicoterapeuta feminista, profesora en la Complutense de Madrid, lamenta la falta de centros especializados en violencia de género, adicciones y patologías mentales. Destaca la importancia de “atender de otra forma, priorizando el bienestar de cada víctima y estableciendo protocolos que piensen en las mujeres. Es esencial no mezclar situaciones que requieren soluciones distintas.”
En este sentido, agradece “la sensibilidad y la implicación de la Diputación. A través del área de Igualdad y Natàlia Enguix, quien demuestra conocer la vulnerabilidad de las víctimas y la trascendencia de atenderlas de forma personalizada.”
Pacto de Estado
En último lugar, la gerente de Alanna insta a los ayuntamientos y diputaciones a “tener en cuenta a las asociaciones especializadas en violencia de género para aplicar el Pacto de Estado. Es fundamental que los recursos lleguen a las víctimas.”
Para ello, Chelo Álvarez propone que el dinero “se convierta en recursos reales, como puede ser invertir en viviendas libres y no tuteladas para esas mujeres y sus hijos e hijas. También en puestos de trabajo para que tengan la oportunidad de vivir con independencia.”
“Las mujeres víctimas de violencia de género no somos menores, ni mucho menos menores infractores que requieran una tutela, sino personas independientes. Merecemos formar parte de una sociedad que no les imponga restricciones ni las señale,” concluye la educadora social.
Asociación Alanna
La Asociación Alanna ha atendido a más de 18.000 víctimas de violencia de género desde 2005. Se atiende a mujeres migrantes, refugiadas, de cualquier etnia, que sufren o no adicciones y que pueden presentar o no patologías mentales. La atención es a nivel estatal, aunque el 80% de los casos se sitúan en la provincia de Valencia.
La asociación la forman mujeres profesionales que también han sido víctimas de la violencia machista. Ellas tratan de abrir nuevos frentes de actuación, como es el de la violencia de género en el ámbito carcelario. Según apuntan desde Alanna, “afecta a más de un 90% de las mujeres presas.”






