La alcaldesa pedánea de Castellar-l’Oliveral, Sol Verdeguer, asegura que la DANA del 29 de octubre de 2024 le ha confirmado la fuerza del apoyo vecinal: ‘hay quien ayuda por ayudar, sin mirar al que tiene al lado’. Valora esa ‘parte humana de la catástrofe‘ y recuerda que en la pedanía no hubo víctimas mortales. Aquel día, señala, no se registró lluvia en la zona y hacía calor, pero entre las 20.30 y las 21.00 horas los vecinos se alarmaron al ver cómo el agua empezaba a entrar por la parte de Castellar.
Explica que la pedanía integra dos núcleos, Castellar y l’Oliveral, y que toda la población resultó afectada. En l’Oliveral el agua llegó desde Sedaví, mientras que en Castellar entró desde La Torre y Horno Alcedo. La llegada súbita del caudal por áreas limítrofes, pese a la ausencia de lluvia local, desbordó bajos y calles en cuestión de minutos, obligando a cierres y a movilizar ayuda de emergencia.
Balance de daños y reconstrucción
Detalla que se perdieron 3.000 bajos y que las calles quedaron dañadas, con un impacto añadido porque un alto porcentaje de vecinos tiene sus empresas en las zonas inundadas. Esa doble afectación, hogar y trabajo, alargó las tareas de limpieza y reposición, pero la respuesta fue rápida. Verdeguer asegura que hoy la reconstrucción está ‘a un 98 %’ y destaca la coordinación municipal: ‘La alcaldesa se volcó al cien por cien‘. ‘Fuimos los primeros en abrir los centros educativos; a la semana ya estaban‘, remarca. También hubo mejoras de movilidad en las primeras semanas para facilitar desplazamientos y suministros.
La ayuda llegó por varias vías: tractores y logística de pueblos cercanos vinculados a familias de la pedanía; colaboración de la Universidad Católica, parroquias, asociaciones y el Instituto Ravatxol; y refuerzos operativos con bomberos llevando comida casa por casa y policías desplazados desde otras comunidades. Verdeguer subraya que las personas afectadas encontraron respaldo emocional absoluto, algo que, sostiene, fue determinante para recuperar rutinas y reactivar la actividad económica.
En lo personal, resume así lo vivido: ‘quien quiere ayudar, ayuda sin mirar a quién, simplemente por ayudar. He visto a personas volcarse al cien por cien, abrazarse y compartir todo lo que tenían’. Y añade: ‘He visto toda esa parte humana y que la persona se crece ante estas catástrofes’.
Peticiones para evitar que se repita
Para completar la recuperación, Verdeguer pide al Gobierno central apoyo en la limpieza del cauce del Turia y, sobre todo, en su encauzamiento, un proyecto que ya existía y quedó paralizado. Asegura que el Ayuntamiento de València realiza los estudios necesarios para desviar el agua que se acumuló en diversas zonas, y que la Generalitat trabaja con el consistorio en estas actuaciones. El objetivo, insiste, es reducir el riesgo en los puntos más expuestos de la pedanía y que un episodio similar no vuelva a causar los mismos daños.






