Fantasmas, murciélagos y ojos saltones forman parte, cada vez más, de la decoración típica de Halloween, y no sólo en escaparates sino también en los dulces dejando atrás a los tradicionales buñuelos y los huesos de santo.
De esta manera, las nuevas estrellas dulces de la festividad del último día de octubre dejan paso a donuts de ojos sangrientos, y las torrijas se transforman en muffins de murciélagos o fantasmas.
Así lo ha explicado a EFE Raúl Asencio, pastelero y séptima generación de familia de reposteros de Aspe (Alicante), quien sigue haciendo buñuelos, torrijas y huesos de santo aunque tratando de adaptarse a las nuevas generaciones con nuevos dulces.
Creaciones «muy divertidas»
Se trata de creaciones “más divertidas”, ha contado Raúl Asencio, como “donuts o muffins de chocolate a los que con merengue hacemos la forma de los fantasmitas” que compiten con los clásicos postres de esta época.
Es un momento del año que supone un repunte en las ventas de las pastelerías porque, como ha contado el maestro pastelero, con la bajada de las temperaturas “la gente acude al pastel, al panettone y a los dulces más de invierno”.
El tradicional día de Todos los Santos se ha convertido cada vez más en la fiesta de Halloween, y los dulces, como las costumbres, se van adaptando.






