La unidad de arritmias del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de València se ha convertido en el primer centro español en alcanzar las mil ablaciones de fibrilación auricular mediante electroporación o campos pulsados. Esta técnica mínimamente invasiva refuerza tres ejes clave del abordaje: mayor eficacia terapéutica, más seguridad para el paciente y mejor eficiencia del proceso. ‘Al ser el primer hospital en España en alcanzar las mil ablaciones de fibrilación auricular mediante electroporación, La Fe se consolida como referente internacional en cardiología y demuestra su compromiso con la innovación y el cuidado del paciente‘, afirmó su gerente, José Luis Poveda.
El hito ha aupado a La Fe a la categoría de centro modelo para el desarrollo de nuevos catéteres y ha abierto la puerta a participar en ensayos clínicos internacionales y en el diseño de dispositivos en fase precomercial. Este posicionamiento acelera la incorporación de mejoras tecnológicas y permite validar procedimientos en contextos reales, con beneficios directos para los pacientes y para la práctica clínica.
Mil procedimientos con campos pulsados
Desde 2022, los especialistas han presentado su experiencia en un congreso en Japón y han compartido resultados de un proyecto conjunto con la Universitat Politècnica de València. Ese trabajo se ha traducido en una herramienta de cartografía cardiaca capaz de localizar en tiempo real el área donde se origina la arritmia, lo que facilita dirigir la ablación hacia el foco responsable y evitar intervenciones innecesariamente extensas sobre tejido sano.
La fibrilación auricular afecta a uno de cada tres adultos, su prevalencia aumenta con la edad y constituye una de las principales causas de ictus, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones cardiovasculares. Se trata de una alteración del ritmo que descoordina la actividad eléctrica auricular y puede provocar palpitaciones, fatiga o dificultad para respirar. Atajar las recurrencias y estabilizar el ritmo no solo mejora los síntomas, también reduce riesgos asociados a eventos mayores.
El tratamiento más habitual consiste en aislar las venas pulmonares, una técnica con una eficacia del 70 al 80 % a largo plazo, pero que suele requerir procedimientos prolongados. La duración condiciona la complejidad del acto, el consumo de recursos y la experiencia del paciente, lo que ha impulsado la búsqueda de alternativas más rápidas y precisas.
Qué aporta la electroporación
La electroporación también se emplea para restablecer el ritmo cardiaco, pero utiliza campos eléctricos en lugar de energía térmica. Es un abordaje mínimamente invasivo que reduce complicaciones y acorta el tiempo de intervención, y se pauta sobre todo cuando los fármacos antiarrítmicos resultan ineficaces o causan efectos adversos significativos. Al concentrar la acción sobre el tejido diana y simplificar los pasos del procedimiento, facilita una recuperación más ágil y contribuye a la eficiencia global del tratamiento.
Según la unidad de arritmias, los pacientes experimentan mejoras significativas en su calidad de vida y una reducción notable de los síntomas. En palabras del jefe de sección, Joaquín Osca: ‘El procedimiento también puede frenar la progresión de la enfermedad, y disminuye las hospitalizaciones en comparación con el tratamiento farmacológico continuado, así como la mortalidad en pacientes con insuficiencia cardiaca y arritmia’.
Ahora bien, como cualquier intervención, la ablación por electroporación no está exenta de riesgos y existe la posibilidad de recurrencia de la arritmia en algunos pacientes. Por ello, la indicación y el seguimiento deben ajustarse al perfil clínico y a la evolución de cada caso.






