Un total de 35 niños y adolescentes de 14 municipios de la provincia de Valencia han trabajado durante un año para compilar medidas de protección e impulso a la infancia ante emergencias climáticas. Asimismo, han presentado sus propuestas para la reconstrucción posdana.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Infancia, se presenta este jueves en el Espai Jove de Massanassa el documento La Voz de la Infancia. Propuestas para la Reconstrucción tras la DANA. Este documento recoge sus prioridades para recuperar la normalidad tras la riada. También busca preparar mejor a sus pueblos ante futuras emergencias.
El proceso nació del impulso de varios consejos locales de infancia y adolescencia días después de la dana. Ellos expresaron la necesidad de apoyarse entre municipios, compartir experiencias y hacer visible cómo les afectó la catástrofe.
A partir de ahí se conformó un grupo impulsor. Este grupo ha sumado a 14 localidades —de Almussafes a Quart de Poblet— y a representantes del Consejo Autonómico de Infancia y Adolescencia. Todo con el acompañamiento técnico de sus ayuntamientos y de Unicef Comité Comunitat Valenciana.
Fases
Para ordenar ese trabajo, diseñaron un proyecto en fases. La primera fue una jornada de convivencia lúdica celebrada en Paterna en junio, a la que acudieron cerca de 150 niños y adolescentes.
En paralelo, elaboraron una encuesta para llegar al mayor número posible de menores en todos los municipios. Se reunieron periódicamente para analizar las respuestas. Además, redactaron el documento que se presenta ahora. Con este método, sus propuestas se apoyan en vivencias directas y en necesidades detectadas por ellos mismos.
Propuestas con mirada infantil
Las medidas se agrupan en educación, participación infantil, bienestar emocional, entornos saludables y seguros y protección.
Piden dar prioridad a mantener los vínculos de grupo cuando hay que acudir a una escuela de acogida. También solicitan que se recupere cuanto antes el juego y el ocio. Proponen disponer de profesionales de psicología en los centros educativos y en los pueblos y requerir apoyo específico para familias con dificultades.
En materia de entorno y seguridad, reclaman evitar construir en zonas inundables y prevenir los efectos del cambio climático. También plantean que se les permita idear y poner en marcha acciones de ayuda, como recoger libros y juguetes cuando ocurre una emergencia. Estas propuestas apuntan a restablecer rutinas, reducir la ansiedad tras la riada y reforzar la red comunitaria que sostiene a la infancia.
Además de proponer, los propios niños y adolescentes adquieren compromisos para actuar ante emergencias como la dana. Quieren participar en acciones solidarias, aprender a protegerse, reactivar sus espacios de participación e integrar a quienes sean acogidos en sus escuelas.
Con ello convierten el documento en una guía práctica que combina responsabilidades de las administraciones y tareas asumidas por la comunidad infantil.
Próximos pasos
Tras la presentación en Massanassa, las propuestas se trasladarán a los ayuntamientos participantes y al resto de administraciones. Se espera que puedan ser incluidas en los planes de recuperación.
La intención es que sirvan de referencia en la reconstrucción posdana y en la preparación frente a episodios similares. Se busca incorporar de forma estable la voz de la infancia en las decisiones que les afectan de manera directa.
