Un supervisor del 112 ha declarado ante la jueza que instruye la causa penal por la gestión de la DANA de Valencia del 29 de octubre de 2024 que antes de las 14.00 ya se estaban realizando rescates en zonas donde no llovía, debido a la crecida de barrancos en el entorno de la A-3. Según su testimonio, la subida repentina del agua obligó a intervenir a los servicios de emergencia en puntos alejados del núcleo de las precipitaciones.
Ha explicado que entre las 13.30 y las 14.00, durante la visita al centro del 112 de la exconsellera de Interior Salomé Pradas y el ex secretario autonómico de Emergencias Emilio Argüeso, en presencia del subdirector de Emergencias Jorge Suárez, se trasladó que el agua estaba llegando por barrancos y ramblas desde Buñol y Chiva hasta municipios de l’Horta Sud donde no estaba lloviendo, como Aldaia o Quart de Poblet.
Rescates sin lluvia y aviso a los responsables
Ha señalado que le sorprendía que se generaran incidencias graves en áreas secas, pero que las escorrentías que bajan por cauces y ramblas desde las zonas más afectadas por la lluvia pueden provocar avenidas súbitas y anegamientos en puntos más bajos. Este efecto, ha indicado, explica que se produjeran rescates en áreas próximas a la A-3 pese a la ausencia de precipitaciones en ese momento.
Ha manifestado que ese análisis se hizo a partir de las llamadas que entraban al servicio, porque no es analista, y que por ese motivo decidió comunicarlo a los responsables presentes. También ha precisado que los responsables de Emergencias tienen acceso directo a la información operativa del 112, por lo que podían conocer en tiempo real el volumen y la tipología de los avisos.
Este supervisor, trabajador de la empresa Ilunion que gestiona el 112 en la Comunitat Valenciana, ha indicado que entró a trabajar a las 7.00 de la mañana del 29 de octubre y que ya le habían alertado de problemas desde las 5.30 o 6.00, con llamadas desde la zona de Algemesí por la cantidad de lluvia caída en el entorno del río Magro. La actividad, ha dicho, ya era elevada a primera hora.
Carga de trabajo y petición de la UME
Ha señalado que al iniciar su turno se activó un operativo extraordinario porque la carga de trabajo era mayor de la habitual, lo que permite agilizar protocolos y priorizar incidencias de riesgo. Ese refuerzo, ha añadido, sirve para derivar avisos con mayor rapidez a los recursos operativos y para coordinar mejor la respuesta cuando los avisos se disparan en pocos minutos.
El testigo ha afirmado que habló con Emergencias varias veces durante la mañana, aunque no recuerda con exactitud el contenido de todas esas conversaciones. En cualquier caso, ha subrayado que el flujo de información era constante y que la evolución de las incidencias estaba siendo monitorizada desde primera hora.
Ha recordado que el seguimiento empezó en la zona de Algemesí y, posteriormente, en el área de Utiel-Requena. Tras una cierta estabilización, a partir de las 12.00 la situación se volvió a complicar de nuevo y, cuando terminó su turno a las 15.00, ya se había solicitado la intervención de la Unidad Militar de Emergencias. Según su relato, la sucesión de avisos mostraba un empeoramiento claro a mediodía.
Este supervisor ha señalado que los problemas técnicos registrados durante la tarde no ayudaron, pero ha considerado que no fueron el origen del colapso, porque aun sin fallos no se habría podido asumir la carga de trabajo de esa jornada. A su juicio, el volumen de incidencias y rescates superaba la capacidad del sistema en condiciones ordinarias.
Las afirmaciones del testigo se han incorporado a la causa penal abierta por la gestión de aquel episodio de lluvias, y apuntan a que los responsables fueron advertidos de la llegada de avenidas a zonas sin precipitación local antes de las 14.00. Para el supervisor, ese comportamiento de la DANA explica por qué hubo que intervenir en municipios donde no estaba lloviendo.
