La vicepresidenta primera de la Generalitat Valenciana, Susana Camarero, ha defendido que la gestión del Gobierno valenciano durante la DANA se ajustó a la información de la que se disponía en cada momento y no a datos que se desconocían. Ha recalcado que no faltó a sus responsabilidades ni a sus competencias.
Ante la Comisión de investigación de la DANA en el Congreso, ha pedido analizar los hechos con ‘perspectiva‘ y ha sostenido que las decisiones se adoptaron según los avisos que trasladaban los organismos encargados de facilitar la información. Ha subrayado que no puede juzgarse una emergencia con datos sobrevenidos.
Decisiones condicionadas por los avisos
En respuesta a preguntas de distintos grupos, y en particular a la diputada Teresa Jordà, ha admitido que, ‘si usted me pregunta con la información que existe ahora sobre el día de la dana’, se habría procedido de otro modo; ‘obviamente no hubiese ido‘ a un acto de entrega de premios. Ha matizado, no obstante, que solo estuvo ‘una hora’ y ‘sin desconectar‘ de sus funciones.
Ha indicado que mantuvo la atención puesta en la evolución del episodio y que así lo acreditan los intercambios de mensajería: ‘lo prueban los wasaps‘, ha afirmado. También ha reprochado que ‘no todo el mundo ha mostrado sus llamadas, ni a qué se estaba dedicando desde las 8 horas de aquel día’, mientras que ella sí lo había hecho. ‘Lo conoce toda España, yo no abandono mi responsabilidad‘, ha añadido.
Camarero ha insistido en que trabajó en sus ‘responsabilidades’ y en sus ‘competencias’ durante toda la jornada, y que la respuesta del Gobierno valenciano se fue ajustando a las necesidades que iban aflorando conforme llegaba nueva información. ‘Yo no abandono mis competencias‘, ha reiterado.
Como ejemplo de la información que, a su juicio, faltó en tiempo y forma, ha citado lo ocurrido con el barranco del Poyo. Ha sostenido que ‘si hubiésemos tenido la información, que el señor presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar dijo que era irrelevante dar, en la reunión del Cecopi‘, cuando los caudales ya se habían desbordado, las cosas habrían sido diferentes. ‘Eso lo dijo en la puerta del juzgado y esto es lo que yo le he trasladado’.
A su entender, la valoración de la gestión no puede hacerse con la perspectiva de lo que hoy se conoce, sino con los avisos que se emitieron entonces y el marco competencial que reguló cada intervención en la emergencia.
