El expresidente de la Generalitat Valenciana José Luis Olivas ha fallecido a los 73 años, según han confirmado fuentes de su entorno. Con su muerte, desaparece una de las figuras más influyentes —y también más controvertidas— de la política y el mundo financiero valenciano de las últimas tres décadas. Olivas se convierte además en el primer jefe del Consell de la etapa autonómica que pierde la vida.
Su trayectoria política y empresarial dejó una huella profunda en la Comunitat Valenciana. Estuvo marcada por un ascenso rápido en el Partido Popular. Además, tuvo un breve paso por la presidencia de la Generalitat y un papel protagonista en las principales entidades financieras valencianas durante los años previos a la crisis.
Un dirigente clave del PPCV y presidente de la Generalitat entre 2002 y 2003
José Luis Olivas nació en 1952 en Motilla del Palancar y se trasladó a Valencia con 25 años. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, se incorporó al despacho de Emilio Attard, referente de la UCD. Esto impulsó su entrada temprana en la política local. En 1979 fue elegido concejal en el Ayuntamiento de València e inició una carrera institucional constante.
Con la llegada del Partido Popular al poder autonómico en 1995, Olivas asumió responsabilidades crecientes. Fue conseller de Economía y Hacienda y conseller de Economía, Hacienda y Administración Pública. Más tarde, fue vicepresidente primero del Consell bajo la presidencia de Eduardo Zaplana.
El 24 de julio de 2002 asumió la presidencia de la Generalitat Valenciana. Esto ocurrió tras la marcha de Zaplana a Madrid para ser ministro de Trabajo. Su mandato duró ocho meses, hasta las elecciones autonómicas de 2003. En ellas, Francisco Camps se convirtió en candidato del PP y tomó el relevo.
Del poder político al sector financiero
Tras dejar la política activa en 2003, Olivas inició una etapa de gran influencia en el sistema financiero valenciano. Fue presidente de Bancaja, presidente del Banco de Valencia y, posteriormente, vicepresidente de Bankia, además de consejero en empresas como Iberdrola.
Esa etapa lo situó en el centro de decisiones clave en los años que precedieron al estallido de la crisis financiera. Sin embargo, su gestión quedó marcada con el tiempo por el desplome de las entidades que dirigía. Esto lo convirtió en una figura polémica para parte de la opinión pública.
Investigaciones judiciales y procesos abiertos
El nombre de José Luis Olivas apareció con frecuencia en la crónica judicial de los últimos años. En 2015, la Guardia Civil lo detuvo junto a exdirectivos de Bancaja y Banco de Valencia. Fueron acusados de presunta estafa y malversación por inversiones inmobiliarias en México a través del Grupo Grand Coral.
En 2017 fue condenado a un año y medio de prisión por falsificar una factura. Era para justificar el cobro de 500.000 euros por unos supuestos servicios de asesoramiento que, según la sentencia, nunca realizó. Tres años después, en 2020, la Audiencia Nacional lo absolvió en el conocido “caso Bankia”, relacionado con la salida a bolsa de la entidad.
Una figura marcada por luces y sombras
A lo largo de su carrera, José Luis Olivas acumuló elogios como gestor en sus primeros años políticos. Sin embargo, recibió críticas por su papel en la crisis bancaria y una influencia que resultó decisiva en la vida institucional valenciana. Su muerte cierra un capítulo decisivo en la historia reciente del autogobierno y de la economía de la Comunitat Valenciana.
Con su fallecimiento, desaparece también un dirigente que acompañó algunas de las etapas más importantes del Partido Popular en la Comunitat Valenciana. Además, protagonizó uno de los ascensos más rápidos dentro del poder autonómico y financiero.
