Las 17 obras de emergencia que ejecuta la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tras la DANA del 29 de octubre de 2024 podrían estar concluidas en junio de 2026.
En paralelo, las actuaciones del Plan de Recuperación y Mejora de la Resiliencia se proyectan para que en 2030 estén ‘prácticamente todas en ejecución’, con el objetivo de reducir la vulnerabilidad del territorio ante episodios de lluvias extremas.
Estas previsiones se han expuesto antes de una jornada técnica sobre la recuperación, inaugurada por la comisionada especial para la reconstrucción y reparación de los daños, Zulima Pérez, y el presidente de la CHJ, Miguel Polo.
La sesión ha servido para alinear a las administraciones implicadas y ordenar prioridades: las obras de emergencia actúan de forma inmediata en los puntos más afectados para restablecer la seguridad y la funcionalidad, mientras que el plan de resiliencia aborda soluciones de mayor alcance en un horizonte plurianual.
Plan de resiliencia hasta 2030
Preguntado por la petición del PP de construir más presas, el director técnico de la CHJ, Manuel Torán, ha asegurado que estas y cualquier infraestructura hidráulica ‘no pueden improvisarse’ y que deben encajar ‘dentro de una planificación seria, coherente y desde el punto de vista hidráulico e hidrológico muy bien planificada’. Ha subrayado que las decisiones se toman con criterios técnicos y dentro de la planificación vigente, para garantizar eficacia y seguridad.
En esa misma línea, el asesor de la Presidencia del organismo, Teodoro Estela, ha explicado que las actuaciones del plan ‘normalmente podrían llegar a costar cerca de diez años’, pero la intención es acelerar los procesos para que ‘en el 2030 esté prácticamente todo en ejecución’. Este enfoque combina la tramitación ágil de las obras urgentes con el desarrollo de proyectos estructurales, de forma que la reparación de daños conviva con medidas que incrementen la resiliencia frente a futuros temporales.
Con esta hoja de ruta, la CHJ busca un equilibrio entre la respuesta inmediata y la planificación a medio y largo plazo.
Si se cumplen los plazos, 2026 marcaría el cierre de las intervenciones de emergencia y el final de la década consolidaría la ejecución del plan de resiliencia en los municipios afectados.
