El Centre Cultural La Beneficència fue el escenario el pasado viernes de la gala de entrega de los Premios València y València Nova 2025 de la Institució Alfons el Magnànim, dependiente de la Diputació de València, unos galardones consolidados como referentes en el panorama literario.
Con una historia que se remonta a décadas de impulso cultural, los Premios València y València Nova continúan distinguiendo obras de alta calidad y dando visibilidad a nuevas voces en los géneros de ensayo, narrativa y poesía tanto en castellano como en valenciano, además de novela gráfica, con unas dotaciones económicas que han crecido este año. Así, la edición de 2025 reafirma esta vocación doble: celebrar la madurez literaria y apoyar el talento emergente.
La vicepresidenta primera de la Diputació de València, Natàlia Enguix, y el diputado de Cultura, Paco Teruel, asistieron a la gala celebrada en la sala Alfons el Magnànim del Centre Cultural La Beneficència junto con diferentes personalidades del mundo de la cultura, la literatura y las universidades.
Diversidad de las propuestas
El acto, que estuvo conducido por Sandra Cervera y Ramón Ródenas, y amenizado por el grupo Bèrnia, destacó la diversidad de propuestas, así como la solidez creativa de una convocatoria que cada año atrae a un mayor número de participantes de distintos territorios, ya que, tal y como destacó el diputado de Cultura, Paco Teruel, «el número de obras recibidas en esta edición se ha incrementado un 35%». También remarcó que estas cifras demuestran «la consolidación de estos premios, siendo toda una referencia en el mundo literario».
Asimismo, el responsable de Cultura agradeció el «gran trabajo» de todos los participantes de esta nueva edición, especialmente a los ganadores, incidiendo en cómo estos premios contribuyen a consolidar sus trayectorias profesionales.
La concesión de los galardones comporta la publicación de la obra, un original del artista Rafael Armengol y un premio en metálico de 15.000 euros para las modalidades de narrativa y ensayo; de 9.000 euros en poesía; y de 12.000 euros en novela gráfica.
Excelencia y diversidad creativa
La obra ganadora del Premio València Nova de poesía en castellano ha sido Hambre en Manhattan, de Alba María Frías (Madrid). El jurado resaltó la sorprendente profundidad que, a partir de hechos frívolos o del día a día, advierte al lector de la precariedad y de la insatisfacción del liberalismo consumista.
Los poemas se construyen mediante un uso del lenguaje con densidad y frescura al mismo tiempo. Poesía de calidad, madura y dentro de una modernidad indiscutible.
La galardonada con el Premio València de poesía en castellano es Carolina Otero (València) por la obra El día que dejamos de ver porno. El jurado destacó la desinhibición y el lirismo: la voz que leemos, incisiva, responde a mostrar el ejercicio de poder masculino y esa asimetría, que viene dada por el uso de un lenguaje que rompe sintaxis y estructura, y se extiende con brillantez durante el libro.
El poemario El deute de l’aigua, de Joaquim Cano (Alicante), ha recibido el Premio València Nova de poesía en valenciano. El jurado resaltó desde un punto de vista formal la capacidad de construir un mundo poético propio y cohesionado. Ha sido capaz de dotar el poemario de una estructura singular e íntima que interpela directamente al lector.
Un bell cadàver barroc a l’avinguda deserta, de Alfons Navarret, de Moncada, es la obra ganadora del premio València de poesía en valenciano. El jurado valoró la originalidad del poemario, en cierto modo arriesgado, donde los poemas avanzan hacia la capacidad de combinar imágenes e ideas con creatividad.
Cuerpos de hojaldre, de Sara Navarro (Sevilla), ha sido la obra premiada en la categoría València Nova de narrativa en castellano. El jurado destaca su capacidad para cifrar en una estética de lo abyecto y lo monstruoso las violencias que ocurren en la casa familiar, y por su habilidad para destacar lo extraño y lo perturbador de las atmósferas cotidianas.
La novela titulada La pared de enfrente, de Abraham Guerrero, de Arcos de la Frontera (Cádiz), ha recibido el premio València de narrativa en castellano por la labor de documentación y por arrojar la luz sobre puntos ciegos de nuestra historia reciente a través de la recuperación de la figura de la artista y activista Manolita Chen, y por la maestría con la oralidad y el juego de voces y registros literarios.
La obra El moment perfecte, de Maria Mitjans (Barcelona) ha ganado el Premio València Nova de narrativa en valenciano. Se trata de una novela sólida y madura, muy cohesionada y estructurada. Nos encontramos ante un monólogo interior que conforma un personaje femenino con muchas facetas. Igualmente, destaca la armonía de la composición literaria que se representa tanto en la realidad como en plan simbólico.
La llum de Svalbard de Mònica Richart (Antella), ha sido la obra galardonada por el jurado en la categoría de narrativa en valenciano del Premio València. Se tratan temas actuales como el desarraigo, la búsqueda de identidad y la toma de decisiones ante una sociedad que exige una gran capacidad de adaptación. Igualmente, se remarca la composición de los personajes y la naturalidad y dinamismo de los diálogos, como también la recreación de una atmósfera de aislamiento que condiciona las acciones y las decisiones de la protagonista.
El Premio València de Novela Gráfica se ha otorgado a la obra Que bèstia! L’extraordinària història del circ Cric, de Berta Cuso (Barcelona). El jurado valoró que la obra pone en valor el trabajo de un colectivo importante y a menudo poco conocido e, incluso, infravalorado, como es el circense. Recuperando la memoria del circo Cric, la propuesta gráfica dialoga con el carácter lúdico de lo circense a partir del uso de delicadas acuarelas y de metáforas visuales que enriquecen el relato.
La obra Scriptura restituta, de Alaitz Zalbidea (València) es la ganadora en la categoría València Nova de ensayo. El estudio pone de relieve la recuperación del valenciano en las memorias escritas privadas al inicio del siglo XX, después de más de cien años en que la dietarística local prescindía de la lengua propia. El trabajo hace un recorrido desde finales del XVIII, en el que se escribe el último dietario en valenciano, hasta la restauración idiomática de una serie de autores que muestran un uso fiel y desacomplejado.
En la modalidad de ensayo ha sido Carles Fenollosa (València) quien ha obtenido el galardón, con la obra La modernitat frustrada. El jurado valoró que se trata de un ensayo que expone el estado de la lengua, la literatura y la ideología de la edad moderna en el antiguo Reino de Valencia. Una obra considerada muy útil tanto para los estudiosos de la materia como para la sociedad en general.
Con esta nueva edición, los Premios València y València Nova reafirman su papel como una de las citas culturales más relevantes del calendario literario, manteniendo vivo un legado que prestigia la creación y acompaña a las nuevas generaciones de autores.






