Un estudio elaborado por personal investigador del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universitat de València ha determinado que la rambla del Poyo en Torrent alcanzó durante la DANA del 29 de octubre un caudal máximo de 5.678 m³/s. Esta magnitud es equivalente al volumen de dos piscinas olímpicas por segundo.
Según detallan los autores, este flujo extraordinario superó ampliamente la capacidad de transporte aguas abajo. Esto se debió a varios cuellos de botella que provocaron el desbordamiento generalizado entre Torrent y Massanassa.
El trabajo, liderado por el profesor Juan Soria, analiza los picos de caudal en las cuencas del Turia, Magro y en los barrancos afluentes a la Albufera de València. Identifica los puntos donde la sección del cauce se estrecha de forma drástica. Esto obliga al agua a rebasar los márgenes.
El Ministerio de Ciencia ha reconocido recientemente la aportación científica de Soria en la reconstrucción tras la DANA.
Estrechamientos críticos que multiplicaron la inundación
En el caso del Poyo, la confluencia con el barranco de la Horteta, en Torrent, presentaba una sección mojada de 2.271 m². Sin embargo, esta sección se reducía progresivamente hasta los 205 m² cerca de Massanassa en tan solo 10 kilómetros. Este embotellamiento explica la inundación masiva que afectó a viviendas, comercios e infraestructuras, según detalla Rafael Muñoz, primer firmante del artículo.
El estudio también identifica un estrechamiento severo en el río Magro, cuya sección pasó de 1.679 m² en Carlet a apenas 243 m² en Algemesí. Este estrechamiento generó un desbordamiento estimado en 3.590 m³/s, que anegó amplias zonas del municipio. La validez del procedimiento empírico empleado fue verificada mediante la ecuación de Manning, habitual en hidrología para estimar velocidades y capacidades de los cauces.
En el Turia, el caudal máximo registrado en Pedralba alcanzó los 2.596 m³/s. Este episodio es el segundo más importante en esta cuenca en los últimos 80 años.
Impacto ecológico en la Albufera
Las consecuencias ecológicas fueron especialmente graves en la Albufera de València, donde la conductividad del agua cayó un 82% respecto a los valores previos a la DANA. Además, se ha depositado una capa significativa de sedimento en el fondo de la laguna. Este fenómeno ya fue apuntado por estudios preliminares de sedimentación.
Necesidad de actualizar la planificación territorial
El equipo investigador subraya que los datos obtenidos deben emplearse para actualizar herramientas de planificación como el PATRICOVA. También para diseñar intervenciones que aumenten la capacidad de los cauces. “El estudio subraya la necesidad urgente de utilizar estos datos para actualizar las herramientas de planificación territorial e implementar intervenciones estructurales”, destaca Noelia Campillo, coautora del trabajo.
El análisis sitúa el episodio de 2024 como el más intenso en la cuenca del Poyo en ocho décadas. También es el segundo en la del Turia y el tercero en la del Júcar. La probabilidad de un episodio similar se estima en 8,8% para la cuenca del Júcar y en 2,5% para las del Turia y el Poyo, según explica Juan Víctor Molner, también firmante del estudio.
Cómo se realizó la estimación
Debido al carácter extremo del episodio y a las limitaciones del SAIH durante la avenida, los investigadores aplicaron una metodología empírica post-evento. Se basaron en la evidencia física del nivel máximo de la inundación y calcularon la sección transversal mojada en 25 puntos clave. A partir de los datos oficiales de caudales existentes, estimaron la velocidad media del agua y reconstruyeron los picos registrados durante la DANA.






