José Manuel Cuenca, exjefe de gabinete de Carlos Mazón, testificó ante la jueza que desconocía el encaje legal de un confinamiento durante la gestión de la DANA. Debido a eso, derivó la consulta a un asesor jurídico del Gabinete de Presidencia.
Según la transcripción, mantuvo contactos con la entonces consellera Salomé Pradas aquel mismo día. Sin embargo, aseguró que no habló con ella sobre el envío de un Es-Alert antes de que se produjera.
La declaración, tomada el 26 de noviembre, situó el origen del debate en la posibilidad de confinar. Esto fue debido al riesgo de que una presa pudiera reventar.
Pradas trasladó a Cuenca dudas sobre si la competencia era de la Generalitat o de la Delegación del Gobierno. Él respondió que no era especialista en la materia y remitió la cuestión a Cayetano García, otro miembro del gabinete con criterio jurídico. La transcripción recoge que, tras las consultas, se decidió no confinar.
Cuenca incidió en que actuó así porque la decisión exigía valorar competencias y fundamento legal.
En emergencias graves, explicó, esos aspectos determinan quién puede ordenar restricciones de movilidad y con qué alcance. Por lo tanto, pidió que lo analizara quien tenía perfil técnico. También insistió en que su intervención se limitó a encauzar la duda, sin participar en decisiones operativas.
Mensajes y debate sobre el confinamiento
Los mensajes aportados por Pradas al juzgado reflejan ese intercambio. A las 19:54, Cuenca le escribió: ‘de confinar nada, por favor. Calma’. A las 20:25, insistió en que se ‘quitase eso de la cabeza’. Minutos antes, Pradas había advertido: ‘la cosa está muy muy mal’, a lo que él contestó: ‘ya mujer’. Ante el comentario ‘Desbordamientos por toda la provincia‘, Cuenca respondió: ‘confinar una provincia es una barbaridad, una cosa es zonificar…’.
A las 20:08, reiteró: ‘Salomé, para confinar hace falta un estado de alarma, y eso lo decreta la chica que tienes al lado’, en alusión a la delegada del Gobierno conectada al Cecopi. La existencia de esos guasaps motivó que el juzgado citara de nuevo a Cuenca para ampliar su testimonio.
Cuenca también relató que Mazón le llamó a las 19:41 para que se desplazara al Centro de Coordinación de Emergencias en L’Eliana. Mientras tanto, el president acudía con Josep Lanuza. Dijo que tenían constancia de un ‘problema gordo‘ en el metro comunicado por el secretario autonómico de Infraestructuras. Después de esa hora, se coordinó con Mazón a través del teléfono de Lanuza porque se habían caído las comunicaciones. Cuenca llegó a recomendar hablar con la compañía telefónica para resolver la avería. La caída de la red, apuntó, complicó la transmisión de órdenes y la verificación de información en tiempo real.
Añadió que no pudo aportar sus mensajes a la jueza porque su móvil se quedó sin memoria. Tras el cambio de terminal, no se conservaron al no tener copias de seguridad. Esa pérdida, admitió, limita su capacidad de acreditar el detalle de las conversaciones mantenidas aquella tarde.
Gestión técnica y envío del Es-Alert
Sobre el Es-Alert, el sistema que envía mensajes de alerta a la población en sus teléfonos móviles, Cuenca dijo que lo conoció cuando lo recibió en su propio dispositivo. No llamó a nadie tras leerlo y pensó que podía estar relacionado con el riesgo en la presa que le habían mencionado. Afirmó que no recibió WhatsApp sobre zonas como Picanya o Paiporta.
Preguntado si le parecía verosímil que se emitiera un aviso sin el visto bueno del president, respondió que sí. Esto se debe a que la gestión de las emergencias se decide con criterio técnico.
Según su testimonio, ‘jamás en esa tarde a él se le consultó nada ni se le pidió opinión, ni a él ni al presidente ni a nadie’. La transcripción añade que esta versión quedó posteriormente confrontada con los mensajes de WhatsApp aportados por Pradas. Este es un contraste que la jueza deberá aclarar en próximas diligencias.
