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martes, diciembre 30, 2025

Un sensor convierte en fluorescentes las bebidas alteradas con escopolamina en menos de cinco minutos

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La UPV lidera un sensor que delata la escopolamina en bebidas al generar una luz fluorescente proporcional a la cantidad. Es rápido, sensible y fácil de usar.
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Un equipo de la Universitat Politècnica de València ha desarrollado un sensor capaz de delatar la presencia de escopolamina en bebidas en menos de cinco minutos. El dispositivo provoca una fluorescencia visible cuando detecta la sustancia, una señal inmediata que facilita la alerta ante posibles casos de sumisión química. Destaca por su alta sensibilidad y por un manejo sencillo. Sus resultados han sido publicados en la revista Angewandte Chemie International Edition y están patentados. En el proyecto colaboran CIBER-BBN, el CIPF, el IIS La Fe y la Universitat Jaume I.

Señal rápida y cuantificable

El funcionamiento se basa en una reacción que libera una sustancia fluorescente al entrar en contacto con la droga. La intensidad de la luz aumenta con la cantidad de escopolamina. Esto permite no solo confirmar su presencia, sino también estimar su concentración en la muestra. En palabras del equipo, ‘Cuanta más escopolamina hay, más fluorescente se vuelve la señal, lo que permite no solo detectar su presencia, sino también estimar su cantidad. Y todo ello en menos de cinco minutos‘.

El desarrollo responde a un reto conocido: ‘la escopolamina es una sustancia difícil de detectar con métodos convencionales. Esto es especialmente cierto cuando se encuentra en bebidas’. Por ello, desde el Instituto IDM de la UPV explican su objetivo. ‘Por ello, desde nuestro grupo en el Instituto IDM de la UPV nos propusimos desarrollar nuevas herramientas sencillas que permitan alertar de su presencia de manera inmediata‘. La propuesta evita instrumental complejo y personal altamente especializado. Esto abre la puerta a su uso en contextos policiales, forenses y de control preventivo, donde la rapidez y la simplicidad son decisivas.

Detecta cantidades muy bajas de droga

La clave del sensor es una ‘caja molecular‘, una estructura diseñada para reconocer y atrapar selectivamente la escopolamina. Su disposición química única es la que confiere precisión al reconocimiento. Como resumen de los investigadores, ‘Esto es lo que permite que nuestro sensor detecte cantidades muy bajas de droga. También es especialmente útil para el análisis rápido de sustancias sospechosas, tanto en contextos preventivos como tras una posible agresión’. Además, se han empleado técnicas avanzadas de espectrometría de masas para desentrañar el mecanismo íntimo de captura y reconocimiento de la droga. Esto ha permitido optimizar el diseño y explicar su alta sensibilidad.

El equipo trabaja ya en integrar este avance en un dispositivo práctico para distintos escenarios de análisis. Así lo apuntan sus autoras: ‘Actualmente estamos trabajando en el desarrollo de un dispositivo que incorpore el sensor para la detección de escopolamina en diversos entornos tales como bebidas, orina, saliva, etc’. En paralelo, avanzan en sensores análogos para la detección de otras drogas ilícitas, con el objetivo de ampliar el alcance de esta estrategia de alerta rápida.


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