La alcaldesa de València defendió el respeto al himno oficial de la Comunitat Valenciana durante el acto que conmemoró su centenario (1925-2025). Lo definió como un símbolo vivo, capaz de representar lo que la sociedad valenciana ha sido, es y aspira a ser. La presencia de la vicepresidenta primera del Consell, Susana Camarero, del presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, y de familiares del Maestro Serrano y de Maximilià Thous subrayó el respaldo institucional a la efeméride y el deseo de convertir la celebración en un mensaje de unidad.

Respeto a los símbolos
Catalá insistió en que, en un momento en el que cultura e identidad vuelven al centro del debate social y político, conviene recordar qué significa tener un himno: no es un adorno, sino un instrumento que transmite valores, memoria y horizonte compartido. Según explicó, esa función ayuda a mantener la cohesión, la autoestima y el sentido de comunidad, por lo que pidió reforzar su cuidado y su consideración pública.
La alcaldesa enmarcó su intervención en un llamamiento a evitar que la identidad se utilice como motivo de confrontación. Reclamó entender los símbolos como eje vertebrador de un proyecto común y apuntó a la responsabilidad colectiva de transmitir ese patrimonio a las futuras generaciones para que sigan reconociéndose en él.
En el capítulo de agradecimientos, evocó la figura de Maximilià Thous y del Maestro Serrano, a quienes atribuyó la capacidad de conectar con el espíritu del pueblo valenciano y convertir una composición musical en una voz compartida. Recordó que el himno ha estado presente en momentos fundamentales del territorio, tanto en grandes alegrías como en etapas difíciles, y resaltó la fortaleza de levantarse y cantar al unísono. En un tono emotivo, llegó a describirlo como el más bonito del mundo.

Como cierre, Catalá ligó el centenario con un compromiso de futuro: trabajar por una Comunitat Valenciana cohesionada, plural y abierta. Recalcó el orgullo por que València fuera la cuna del himno y defendió que sigue siendo vital en la promoción de la cultura, la lengua y una manera compartida de entender el mundo, con la idea de mantener viva la llama que representa para la ciudadanía.






