lunes, 16 septiembre 2024

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Más de medio millón de personas activas mayores de 55 años sitúan a la Comunitat como décima en envejecimiento laboral

Las personas activas sénior en la Comunitat Valenciana han crecido un 69,5% en la última década, alcanzando 562.000, lo que representa el 20,9% de la fuerza laboral. Este envejecimiento presenta retos como estereotipos laborales y un desajuste entre formación y demanda

Las personas activas (las que tienen trabajo o lo buscan) mayores de 55 años alcanzan las 562.000 y suponen el 20,9% del total de la fuerza laboral en la Comunitat Valenciana cuando hace diez años eran el 13,6%.

De esta forma, la Comunitat está en el décimo puesto del ranking entre autonomías de envejecimiento de la población activa, muy similar al porcentaje estatal del 20,8%, según un estudio de Fundación Adecco.

Por provincias valencianas, Alicante es la que tiene la fuerza laboral más envejecida (21,9% de la población activa supera los 55 años), seguida de Castellón (21,8%) y Valencia (19,9%).

En concreto, la Comunitat Valenciana cuenta en 2024 con 562.000 personas activas mayores de 55 años, un 69,5% más que hace una década y un 163,8% por encima de hace 20 años. Los mayores de 55 han ganado un gran peso en el mercado laboral valenciano, puesto que hace una década representaban el 13,6% y hace 20 años eran el 9,8%.

En comparación a los jóvenes, la Comunitat cuenta con 135 personas mayores de 64 años por cada cien menores de 16, un índice del 135% que, aunque ligeramente inferior al estatal (137%), crece a un ritmo desbocado en un contexto en el que los indicadores de esperanza de vida y tasa de natalidad avanzan sin tregua hacia un invierno demográfico.

Prejuicios laborales contra los sénior

A pesar de este envejecimiento creciente, los sénior (más de 55 años) afrontan grandes prejuicios y estereotipos en el mercado laboral que pueden conducirles a la inactividad, al desempleo de larga duración, a jubilaciones forzosas y anticipadas o a un mayor riesgo de exclusión y/o pobreza. “Todo un contrasentido, teniendo en cuenta que la edad de jubilación tiende al alza, siendo la contribución sénior clave para la competitividad del país”, apuntan desde la fundación.

“El proceso de envejecimiento ha cogido velocidad de crucero y tiene un gran impacto en el mercado de trabajo. En primer lugar, la fuerza laboral es cada vez más sénior y urge desterrar los prejuicios y estereotipos que dificultan el acceso al empleo de las personas más veteranas, a las que se asocia con obsolescencia o menor flexibilidad”, defiende el difector general de Fundación Adeccó, Francisco Mesonero.

Paralelamente, Mesonero señala que “el envejecimiento trunca las perspectivas de reemplazo generacional, siendo urgente apostar por la cualificación de la ciudadanía como política tractora del país, permitiendo aportar su talento a personas tradicionalmente inactivas como aquellas con discapacidad o mujeres que han dedicado su vida a la familia y ahora desean incorporarse al mercado laboral”.

“No en vano, existe un problema de sincronización entre la formación de los trabajadores y los requisitos de las empresas, que dispara la tasa de desempleo, cuando, al mismo tiempo, las empresas no logran cubrir sus vacantes –expone–. Es urgente actuar, mediante políticas activas de empleo, para corregir este desajuste estructural. Además, habrá que abordar con diligencia el reto de la diversidad cultural, teniendo en cuenta el potencial de la fuerza laboral extranjera para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente”.

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