El pleno de Les Corts Valencianes aprobó, con la mayoría de PP y Vox, la reprobación de los ministros José Manuel Albares y Diana Morant por cuestiones ligadas a la lengua valenciana, y rechazó reprobar a la vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, por su actuación durante la última dana. Las decisiones llegaron a través de dos iniciativas opuestas que evidenciaron la correlación de fuerzas en la Cámara y un debate marcado por el choque político.
Reprobación por el valenciano
La iniciativa del PP señalaba a Albares por negar el reconocimiento de la lengua valenciana, algo que, según la propuesta, atentaría contra la Constitución, el Estatut y las señas de identidad de la Comunitat. Durante el debate, los populares aceptaron una enmienda de Vox para extender la reprobación a Diana Morant, a quien afean haber defendido que la doble denominación catalán/valenciano es correcta. Con ese movimiento, PP y Vox unificaron su posición en torno a un asunto identitario que vuelve de forma recurrente a la agenda valenciana y que sirve para marcar perfil político frente al Gobierno central.
Estas reprobaciones fijan una posición política de la Cámara y buscan trasladar un mensaje de desaprobación al Ejecutivo estatal en materia lingüística. Más allá de su alcance práctico, el gesto subraya el peso que PP y Vox dan al debate sobre la denominación y la entidad propia del valenciano, y refuerza su discurso de defensa de las señas de identidad ante cualquier formulación que equipare el valenciano con el catalán.
Camarero queda a salvo por la dana
En paralelo, el pleno rechazó la propuesta del PSPV-PSOE para reprobar a Susana Camarero por su conducta durante el episodio de lluvias intensas. Los socialistas sostenían que la vicepresidenta incurrió en dejación de funciones al abandonar la reunión del Cecopi la tarde del 29 de octubre, en las horas más críticas de la dana, para asistir a una gala empresarial y entrega de premios. El grupo proponente añadía que, además, hubo contradicciones posteriores en sus explicaciones y que no se habría utilizado de forma adecuada el servicio de teleasistencia para alertar a personas dependientes bajo protección.
La iniciativa del PSPV no prosperó por la misma mayoría que sí había avalado las reprobaciones a los ministros. El resultado cierra filas en torno al Consell y evita una censura formal a una de sus principales responsables en emergencias. Para la oposición, el episodio debía saldarse con un reproche institucional por la imagen que proyecta abandonar un órgano de coordinación y seguimiento en plena crisis meteorológica; para el bloque que sustenta al Consell, la propuesta socialista fue calificada de desproporcionada y utilizada como arma arrojadiza en el debate político.
El cruce dialéctico fue áspero. En la discusión previa, la diputada socialista Rosa Peris juzgó ‘indefendible’ la actuación del Consell, mientras que la popular Elena Bastidas tachó de ‘deplorable’ y ‘de inmundicia’ la iniciativa del PSPV. La sesión dejó así dos fotografías complementarias: por un lado, la reprobación a dos miembros del Gobierno central por la disputa en torno a la lengua; por otro, el cierre de filas del Parlamento autonómico en torno a la vicepresidenta Camarero ante las críticas por su gestión durante la dana.
En conjunto, las votaciones reflejan cómo el debate identitario y la gestión de emergencias se entrelazan en la pugna política valenciana. Con una mayoría clara, PP y Vox marcan la agenda en Les Corts, mientras el PSPV intenta capitalizar posibles fallos de gestión para exigir responsabilidades, sin lograr convertir sus críticas en sanciones parlamentarias.
