lunes, 16 septiembre 2024

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Acusan a un profesor en un colegio concertado de València de alentar ‘terapias de conversión’ homófobas

Ha sido Compromís quien en una nota de prensa explica que ‘Óscar García Mulet, docente del colegio Santiago Apóstol de Marxalenes da charlas de educación sexual en el centro y pertenece también al centro Mater Misericordiae que practicaba las conocidas como ‘terapias de conversión’ contra personas LGTBI’

El diputado de Compromís y portavoz de igualdad LGTBI, Francesc Roig, ha denunciado hoy un nuevo caso vinculado a la trama de terapias homófobas. “Se trata del profesor del colegio Santiago Apóstol de Marxalenes de València, Óscar García Mulet, autor de un libro en el cual se hace promoción de las terapias de conversión, nombrándolas de acompañamiento”.


Este profesor, que, según Compromís, “ha realizado tutorías de educación sexual en el colegio, pertenece también al centro de orientación familiar Mater Misericordiae, que se convirtió en uno de los núcleos neurálgicos de las terapias de conversión según decenas de testigos hechos públicos los últimos meses”.


En su libro, “Crecer como niños, crecer como niñas”, el profesor García Mulet señala diferentes “síntomas” o “señales de alarma” sobre el proceso de maduración de la identidad sexual en niños como por ejemplo no jugar al fútbol, tener predilección por ídolos femeninos o preferencia por actividades sedentarias y menos agresivas. También cuáles son los “síntomas” o “señales de alarma” en niñas como la preferencia para llevar el cabello corto, “ropa masculina”, desinterés por jugar con muñecas o preferencia por actividades más físicas como por ejemplo “hacer volteretas” o hacer deporte.

En este mismo texto, “García Mulet, llega a normalizar el acoso escolar hacia niños que no responden a su idea de masculinidad por parte otros compañeros porque la falta de masculinidad repele de forma inconsciente” a los compañeros acosadores, señalando que “no lo hacen por maldad” sino como parte de su “proceso de conquista de la propia identidad”.

García Mulet “califica la reacción del niño víctima de acoso de callar y no responder como no propia del varón, lo que le acaba por hacer asumir que las acusaciones de homosexualidad por parte de sus compañeros son ciertas”.

En el propio libro, García Mulet pone en valor “el encomiable trabajo” llevado a cabo por el colectivo “Es posible la esperanza” con el acompañamiento a personas con proyección hacia el mismo sexo -PMS- (la denominación que utiliza a lo largo del texto para referirse a la homosexualidad).

“Es posible la esperanza” “es un colectivo conocido por haber practicado terapias de conversión contra centenares de personas LGTBI a través de diferentes grupos en todo España y América Latina. En la misma línea que otros defensores de las terapias de conversión, García Mulet sitúa la atracción hacia personas del mismo sexo como un problema de maduración de la identidad masculina o femenina del niño o niña y defiende el papel del tutor en el centro educativo para poder detectar esos problemas e involucrarse en su conducción”.

García Mulet expone así el papel que tiene que tener el educador: “Por eso, el educador, al percibir que un niño se expresa de manera “afeminada”, tiene que tener en cuenta que sería un grave error corregir directamente este comportamiento ridiculizándolo avergonzándolo ante los otros. Se conseguiría todo lo contrario: reforzar la conducta. Lo primero tendría que ser ganarse su confianza y establecer una vinculación sana. Después, atendida la inseguridad y los miedos que sufre en el mundo viril (que lo atrae a la vez que lo asusta), con delicadeza de varias maneras, lo tiene que conducir como un imán hacia las realidades masculinas. Si esta carencia de identidad masculina (que la mayoría a veces tiene como origen una carencia de aferramiento paterno) se prolonga y no se toma seriamente, puede derivar en la adolescencia al DCS -deseo de cambio de sexo- o la PMS -proyección cabe el mismo sexo-”.

Compromís ha recibido “denuncias ciudadanas sobre el uso de este libro en el colegio, así como la utilización de las instalaciones del centro para realizar una presentación de la publicación. Hay que recordar que el colegio diocesano Santiago Apóstol es una escuela concertada y, por lo tanto, sostenida con fondos públicos”.


Por todo esto, el diputado Francesc Roig ha señalado que “nos encontramos ante una nueva pieza de esta trama que trata a los niños y niñas LGTBI como enfermos que hay que curar. Es inaceptable que en un centro sostenido con dinero público la educación sexual esté en manos de una persona que justifica el acoso escolar y ve peligroso que un niño no quiera jugar al fútbol o que una niña quiera llevar el peinado corto”.


“Y ante esto desde Compromís exigimos que se aparte al profesor, que se actúe de forma rápida y contundente desde la Consellería y que se apruebe la comisión de investigación que hemos propuesto en Las Cortes. No descansaremos hasta esclarecer toda la verdad sobre esta trama contra los jóvenes LGTBI y que se garantice que las escuelas sean espacios seguros para todo el alumnado, sin que nadie les diga que sus gustos, su orientación sexual, identidad o expresión de género sueño un problema que hay que resolver” ha concluido Roig.


Desde 2015 el centro Santiago Apóstol es titularidad de la “Congregación de los Cooperadores de la Verdad”, vinculada al Camino Neocatecume.

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