Una madre y su hijo menor de edad sin alternativa habitacional y un grupo de cuatros jóvenes que residían en dos viviendas okupadas en el número 2 de la calle Caixers de València, cerca de la Lonja y el Mercado Central, han sido desahuciados finalmente del edificio, una situación que se había logrado evitar en el segundo caso en varias ocasiones en las que el juzgado acordó un aplazamiento.
El primer desahucio, el de la puerta uno en la que vivía una madre junto a su hijo de 17 años, estaba previsto a las 9.15 horas y se ha llevado a cabo a las 10.00 horas después de la llegada de la comitiva judicial que, según ha explicado a Europa Press la portavoz de los vecinos de ‘Caixers 2’, Paula Martínez, “tras negociar con la inquilina una alternativa al desalojo, sin éxito, le han dejado solo media hora para recoger todas sus pertenencias”. “En media hora no te da tiempo a sacar tu vida entera”, ha censurado.
Así, ha asegurado que Paloma, la residente del inmueble, lleva “cinco años esperando un piso de alquiler social” y que ahora “se ha quedado sin nada junto a su hijo que mañana tendrá que acudir al instituto habiendo dormido en la calle” puesto que “no cuentan con ninguna alternativa habitacional”.
En cuanto a la puerta 6 de ‘Caixers 2’, este era el segundo intento de desalojo por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los cuatros jóvenes que residían en el piso, que aseguran que están en situación de vulnerabilidad, ya no lo estaban habitando por lo que el desahucio previsto a las 9.00 horas se ha conseguido llevar a cabo.
Según ha relatado la portavoz vecinal, la Policía se ha presentado en la vivienda a “las 6.45 de la mañana, dos horas antes de lo previsto, para poder asegurarse que, en ningún momento, pudiéramos hacer ninguna resistencia las personas que damos apoyo y denunciamos los desalojos a personas vulnerables”.
Martínez ha lamentado el despliegue y el cordón policial desplegado, con agentes que han identificado a personas congregadas y ha lamentado que ha actuado “con violencia”. Sin embargo, fuentes policiales han apuntado que el desalojo se ha llevado a cabo sin incidentes y con la comitiva judicial en el lugar.
“POR SORPRESA”
“Nos ha pillado un poco por sorpresa esa respuesta desmesurada por parte de la Policía porque normalmente en un primer intento de desaolojo, el de Paloma, se espera que vaya la comitiva judicial y no la policía y, si hay algo de resistencia se para el desahucio. Eso era lo que queríamos, darle un poco de tiempo a Paloma para que encontrara una alternativa habitacional”, ha indicado.
La portavoz ha indicado que en 2019 el edificio fue adquirido por un fondo de buitre que “expulsó a la mayoría de los vecinos con prácticas de extorsión y mobbing inmobiliario” para poder convertir el edificio en “apartamentos turísticos de lujo”.
Desde ese momento, asegura, “hemos creado una red de apoyo y nos organizamos para que cada uno de estos intentos se eviten“.
