El Barça derrotó 108-102 al Valencia Basket en el Palau y puso fin al inicio perfecto de los taronja tras cinco compromisos oficiales. Fue un duelo de golpes constantes y cambios de mando. Se resolvió en los últimos minutos con más acierto local y una defensa que elevó el listón en el momento decisivo. Con este resultado, ambos quedan con dos victorias y una derrota en la Euroliga.
Un último cuarto decisivo
La presencia atrás de Jan Vesely desequilibró el pulso cuando más apretaba el marcador. Mientras tanto, Kevin Punter (27 puntos) y Will Clyburn (19) lideraron el perímetro con triples y tiros a media distancia en momentos calientes. El plan azulgrana pasó por cargar la pintura y encontrar ventajas interiores, pese a las ausencias por lesión de Nico Laprovittola y Juan Núñez. Desde el banquillo, Joan Peñarroya se mostró satisfecho por el nivel ofensivo. Admitió que aún necesitan más consistencia defensiva, una lectura lógica tras un partido de alto ritmo y anotación.
El arranque fue azulgrana. Los locales dominaron el rebote y castigaron por dentro con Hernangómez y Shengelia, mientras Clyburn sumaba desde la esquina. El Valencia generó tiros liberados desde el bloqueo directo, pero perdonó en exceso y se vio 16-6 abajo en el min. 5.
La reacción llegó desde el triple. Tras un 0/5 inicial, Darius Thompson encadenó dos aciertos y Jean Montero Badio añadió otros dos para dar aire a la circulación y activar la defensa. Esa mejoría atrás, con más manos sobre el balón y ayudas en la pintura, estrechó el margen hasta el 26-25 al final del primer cuarto. Omari Moore ya tenía 9 puntos.
El segundo periodo mantuvo la tónica de intercambio. Thompson asumió mando y repartió en cortes y continuaciones, mientras el Barça encontró puntos al poste y desde la línea de tiros libres (37-33, min. 15). La irrupción de Badio, con dos bandejas y un triple, volteó el marcador (41-42, min. 17). El Valencia se fue al descanso por delante (48-49) apoyado en la solidez atrás y en las finalizaciones de Sako a la espalda de la defensa.
Del tirón azulgrana a la remontada taronja
Tras el descanso, Peñarroya activó su quinteto más físico con Punter, Satoransky, Clyburn, Shengelia y Vesely, y el partido cambió de tono. El Barça subió líneas, corrió tras rebote y abrió brecha con triples de Clyburn y Punter hasta el 69-59 (min. 25), obligando a Pedro Martínez a parar el choque.
El tiempo muerto surtió efecto. El Valencia endureció líneas, repartió puntos entre varias manos y castigó pérdidas para ajustar al 78-75 al cierre del tercer acto. Las rotaciones rebajaron la solidez azulgrana y los taronja olieron la sangre.
Thompson encadenó nueve puntos que dieron la vuelta al marcador (82-86, min. 33). La respuesta del Barça fue inmediata: Vesely blindó el aro, Punter asumió tiros de máximo valor. El parcial devolvió una renta que creció hasta el 96-88 (min. 36). A partir de ahí, los locales gestionaron la ventaja con mejores decisiones y un punto más de físico atrás. Esto sucedió ante un Valencia al que le faltó precisión y contención defensiva en el tramo final.
Desde los banquillos, Pedro Martínez subrayó que en el último cuarto el Barça firmó canastas de mucho mérito. Recordó que su equipo compitió bien en ataque, aunque pagó una secuencia de cuatro pérdidas que dio oxígeno al rival. Peñarroya, por su parte, destacó la fluidez ofensiva. También destacó el paso adelante de Clyburn que libera a Punter de responsabilidades constantes. Además, mencionó el partidazo de Satoransky y el buen nivel de Vesely tras sus problemas del pasado curso. También admitió la exigencia de un calendario que en la ACB les coloca con más partidos en menos de 48 horas que a otros rivales.
El choque llegó pocos días después del triunfo liguero del Valencia (93-81). Este antecedente añadió picante a una cita de alto ritmo y muchas posesiones. En el Palau se reunieron 5.363 espectadores y se guardó un minuto de silencio en memoria del exentrenador azulgrana Xabier Añua. Brizuela fue eliminado por cinco faltas y los árbitros señalaron una antideportiva a Thompson. Estas incidencias reflejan la intensidad de un duelo decidido por detalles.
