El partido dejó dos lecturas claras: el Valencia apretó y generó para ganar, pero el Mallorca protegió su área con disciplina y encontró en Leo Román el sostén que necesitaba para amarrar el 1-1. Samu Costa adelantó a los bermellones en la primera mitad y Hugo Duro firmó la igualada al inicio de la segunda, en un duelo que ofreció fases de dominio local y un tramo final de resistencia visitante.
Carlos Corberán apostó por juntar por primera vez de inicio a Lucas Beltrán y Hugo Duro para cargar el área rival y asegurar remate. Con Ugrinic acompañando y Luis Rioja abierto a la derecha, el plan valencianista buscó profundidad por banda y centros constantes. Esa intención se notó desde el arranque, aunque el Mallorca respondió con un bloque compacto y transiciones rápidas lideradas por Jan Virgili y Vedat Muriqi.
El primer aviso serio fue balear: centro de Virgili que Muriqi estuvo a punto de cazar hasta que Agirrezabala lo leyó a tiempo. Poco después, Gayà evitó el mano a mano de Antonio Sánchez con una llegada al límite, prueba de que el Mallorca encontraba grietas si conseguía salir con velocidad. La réplica local llegó con conexiones Beltrán–Duro que la zaga mallorquina desbarató cerrando el carril central.
La ventaja visitante nació a balón parado, donde el Valencia se mostró frágil. En el 23, una falta botada desde el mediocampo voló al segundo palo, Raíllo se impuso en el salto y asistió al corazón del área para que Samu Costa definiera raso y ajustado. El gol obligó a los locales a acelerar, pero entre la acumulación de camisetas bermellonas y la falta de claridad, las jugadas morían antes del remate. Al borde del descanso, Mestalla pidió mano de Raíllo sin éxito y Rioja rozó el empate con un disparo desde fuera que Valjent desvió con el pie.
Thierry y Hugo Duro reactivan a Mestalla
El arranque de la segunda mitad confirmó el impulso local. Thierry ganó línea de fondo tras superar a Mojica y sirvió un centro tenso que Hugo Duro cabeceó a la red para el 1-1. Con el empate, el Valencia se sintió más fuerte y encadenó llegadas: Gayà estrelló un zurdazo en el palo y Leo Román sacó un pie salvador ante el disparo de Beltrán, dos acciones que explican por qué el resultado no se movió más.
Jagoba Arrasate leyó el momento y blindó su defensa con Kumbulla por Virgili, un cambio que priorizó sostener el punto y alejar al equipo de su área. Con Muriqi como faro para respirar, el Mallorca incluso celebró por segundos un gol que el fuera de juego, muy ajustado, invalidó. En la jugada siguiente, Agirrezabala abortó el mano a mano con el ariete kosovar saliendo a tiempo.
Mestalla pasó de la crítica del primer acto al empuje cuando olió la remontada, y terminó con reproches por no cerrar un partido en el que generó ocasiones suficientes. La grada, con 41.179 espectadores, acompañó el arreón, pero ni el poste ni Leo Román concedieron la victoria.
Un empate que sabe a poco
El punto deja sensaciones mixtas. El Valencia sumó pero se queda con la sensación de haber dejado escapar dos puntos tras su mejor tramo tras el descanso. El plan de cargar el área funcionó a ráfagas, aunque la debilidad en la defensa de balón parado y la falta de acierto en los metros finales marcaron la noche. El Mallorca, por su parte, se marcha satisfecho por la solvencia defensiva mostrada en un campo exigente y por la personalidad para sobrevivir a su peor momento del partido. Con 16 y 18 puntos respectivamente a la espera de resultados del fin de semana, ambos equipos cierran el año con la necesidad intacta de mejorar su pegada y su consistencia para escalar en la tabla.




