Grupo Ferrero está impulsando la transformación de la planta Ice Cream Factory Comaker (ICFC) de Alzira para convertirla en su hub tecnológico europeo de helados. La instalación, adquirida en 2021 y plenamente integrada en el ecosistema del grupo, asume un papel central en el desarrollo y la expansión de la categoría en Europa con una inversión aprobada de 140 millones de euros para modernizar y ampliar capacidades.
El movimiento sitúa a la Comunitat Valenciana como territorio clave dentro del plan a largo plazo del grupo para consolidar su crecimiento en helados. La decisión concentra en Alzira la innovación, las pruebas y el lanzamiento de nuevos productos, reforzando la especialización de la planta dentro de la red industrial de Ferrero.
Centro tecnológico y nuevas líneas
El plan prevé instalar nuevas líneas de producción antes de 2030, modernizar procesos e implantar tecnologías orientadas a mejorar la calidad, la eficiencia y la sostenibilidad. Estas mejoras permiten deducir una reducción de tiempos y consumos, un mayor control de la producción y una huella ambiental más contenida, objetivos alineados con la modernización industrial anunciada.
Todas las innovaciones se fabricarán en Alzira y se distribuirán por toda Europa, lo que convierte a la planta en motor de la expansión del negocio de helados de la compañía. Este enfoque supone un salto en especialización y en valor añadido, con una cartera cada vez más centrada en marcas propias.
Para concentrar recursos en esa estrategia, la empresa dejará de fabricar marcas de distribución en Alzira a finales de 2026. Hasta entonces mantendrá el suministro regular y respetará los acuerdos existentes, lo que facilita una transición ordenada con clientes y evita cortes en el servicio.
La medida se aplica exclusivamente a la planta de Alzira; el resto de centros de producción de helados del grupo continuará operando sin cambios. Esta segmentación de funciones preserva la estabilidad operativa del conjunto y asegura que la reorganización no impacte a otras instalaciones.
Ferrero garantiza la continuidad laboral de toda la plantilla durante el proceso. Algunos empleados podrán asumir nuevas responsabilidades y participarán en programas de capacitación para adaptarse a equipos y metodologías más avanzadas, un paso lógico en un entorno de automatización creciente.
El énfasis en formación subraya que el éxito del hub no depende solo de la maquinaria: retener experiencia interna y actualizar competencias acelera la adopción de las nuevas tecnologías y reduce riesgos durante la transición, manteniendo los estándares de calidad.
Para Franco Martino, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de ICFC, la elección de Alzira como sede del hub tecnológico europeo del helado de la compañía supone ‘una clara muestra del valor estratégico de la Comunitat Valenciana en los planes de expansión continental del Grupo’. Añadió que ‘Esta inversión no es sólo una apuesta por la innovación tecnológica, sino también un compromiso firme con la estabilidad y el desarrollo socioeconómico de la -comarca de la- Ribera Alta. Con estos esfuerzos, transformaremos esta planta en un centro de excelencia que demostrará el liderazgo industrial y la calidad de España en toda Europa’.
En conjunto, la hoja de ruta combina inversión, especialización y empleo para consolidar a Alzira como eje de innovación y fabricación de helados del grupo en Europa, con efectos directos en su catálogo, su eficiencia productiva y su presencia en el mercado.






