Hosteleros y trabajadores del sector de la zona de Russafa, en València, han reivindicado su papel en la regeneración del barrio y han protestado este miércoles contra la tramitación de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) aprobada por el Ayuntamiento.
El colectivo reivindica el “impacto positivo social y económico” que generan los bares y locales de ocio “frente a la degradación e inseguridad que había hace 20 años en la zona”.
La presidenta de la Asociación por una Hostelería Responsable en Russafa (Al Balansí), Amor López, ha leído una declaración para poner de manifiesto el “malestar” del colectivo y demostrar la importancia de la hostelería.
Bajo el lema ‘Russafa no es una ZAS’ en una pancarta y carteles de ‘Somos barrio’, ‘Hacemos barrio’, ‘Creamos empleo’ o ‘Somos seguridad’, el colectivo se ha concentrado en el entorno del mercado y de la iglesia de San Valero donde ha insistido en que los hosteleros “no son ZAS ni los culpables de los problemas de ruido”, como “se nos viene señalando, una y otra vez, desde el Ayuntamiento, y por lo que nos toca pagar una elevada factura”, según ha informado la entidad organizadora de la protesta en un comunicado.
“Todas las personas que estamos aquí, aparte de hosteleros, somos ciudadanas y ciudadanos de a pie también. Muchos, somos vecinos y vecinas de este mismo barrio, y levantamos cada día nuestra persiana para seguir haciendo y creando barrio. Solo hay que tirar de hemeroteca y ver cómo era Russafa hace 20 años: un barrio gris, inseguro y degradado… Y cómo es ahora”, ha expuesto Amor López.
En este sentido, ha destacado que las pymes hosteleras contribuyen “tanto económicamente como socialmente a la regeneración y seguridad del barrio”. “Nuestra presencia mejora la imagen del entorno y potencia la actividad económica, social y cultural. Elementos que han sido claves para la transformación positiva de Russafa desde los años 90 hasta la actualidad”, ha destacado.
Asimismo, el colectivo ha remarcado que los bares, restaurantes y locales de ocio ofrecen puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, lo que ayuda a reducir la pobreza. “Creamos cerca de 1.500 puestos de trabajo. Además, ocupamos locales, dándoles un uso productivo”, ha apuntado.
De la misma forma, ha resaltado que los establecimientos de hostelería “atraen a clientes” y que el tránsito de personas e iluminación de las calles cuando están los locales abiertos “genera seguridad”. Asimismo, han puesto en valor el papel de los establecimientos de hostelería como “puntos de encuentro social, fomentando la convivencia entre personas”.
“INJUSTA”
Por eso, desde Al Balansí han subrayado que el inicio de la tramitación de la ZAS en Russafa, aprobada por el Ayuntamiento es “injusta e ineficaz para hacer frente a los problemas de contaminación acústica”.
En esta línea, han asegurado que presentarán alegaciones contra la ZAS y que seguirán reclamando al Ayuntamiento que aplique medidas “técnicas y eficaces para acabar con los verdaderos focos de ruido, en vez de adoptar actuaciones restrictivas que ponen en riesgo el futuro de sus negocios, el de sus familiares y empleados, así como el del propio barrio”.
La asociación también ha avanzado que este acto ha sido el arranque de varias acciones de protesta y reivindicativas que marcarán su calendario en los próximos meses.
