La Comunitat Valenciana cerró septiembre con un repunte de las infecciones respiratorias agudas graves por covid, gripe y virus respiratorio sincitial.
La incidencia semanal pasó de 418,8 a 686,9 casos por 100.000 habitantes, lo que supone un aumento del 31,6% entre el arranque y el final del mes, según el sistema autonómico de vigilancia.
El ascenso se consolidó en la semana 39 del año, con 686,9 casos por 100.000 habitantes.
La trayectoria no fue uniforme por patógeno: la covid encadenó tres semanas al alza (82,9; 92,7 y 141,2 por 100.000) y, a continuación, retrocedió un 22% hasta 109,9.
La gripe arrancó prácticamente desde cero al inicio de mes, subió a 3,7 y después a 20,3, para ceder levemente en la última semana hasta 19,2.
El virus respiratorio sincitial, principal causante de bronquiolitis, se mantuvo en niveles muy bajos: sin casos en los tres primeros cortes semanales y 4,8 en el último.
Por grupos de edad
Por grupos de edad, el impacto fue especialmente marcado en la primera infancia. En menores de 4 años la incidencia prácticamente se triplicó en el tramo central del mes, al pasar de 1.059,3 a 3.507 por 100.000. Entre los mayores de 65 años el incremento fue más contenido, del 26%, desde 418,8 hasta 517,3, lo que evidencia un crecimiento sostenido pero menos acusado en este colectivo.
Hospitalizaciones estables
Pese al aumento de casos, la incidencia de ingresos por infecciones respiratorias agudas graves se mantuvo en una banda estrecha a lo largo del mes: 9,1; 9,7; 10,1 y 10,6 por 100.000 en las cuatro semanas de septiembre. Esta estabilidad sugiere que la gravedad no avanzó al mismo ritmo que la transmisión, un dato relevante para dimensionar la presión asistencial.
En conjunto, el balance de septiembre muestra un crecimiento de la circulación de virus respiratorios impulsado sobre todo por la covid, mientras que la gripe se mantiene en valores todavía reducidos y el VRS continúa residual. La oscilación observada en la última semana confirma que los indicadores pueden variar de una semana a otra y refuerza la utilidad del seguimiento semanal que realiza el sistema de vigilancia autonómico para ajustar la respuesta sanitaria en los distintos grupos de población.






