El índice de precios de consumo (IPC) se situó al 3,4% en noviembre en la Comunitat Valenciana, uno de los registros más altos por comunidades, mientras que la inflación de los alimentos repuntó al 2,9%.
En el conjunto de España, el IPC se moderó una décima, hasta el 3% interanual, por el abaratamiento de la electricidad. En cambio, la inflación de los alimentos aumentó cuatro décimas, hasta el 2,8%, impulsada por el encarecimiento de aceites y grasas, leche, queso y huevos.
Brecha con la media nacional
Con estos datos, la Comunitat Valenciana quedó cuatro décimas por encima de la media estatal en el índice general. En alimentos, el 2,9% regional superó en una décima el dato del conjunto del país, lo que prolongó la presión en la cesta básica pese al alivio de la electricidad.
El Instituto Nacional de Estadística confirmó los datos adelantados hace dos semanas y situó la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos frescos, en el 2,6%, una décima más que en el mes anterior. Este avance muestra que la presión de los precios más estables continúa y que el descenso de la energía no se trasladó plenamente al resto de componentes.
Para los hogares, el escenario fue mixto: menor presión en la factura eléctrica, pero un supermercado más caro por la subida de categorías básicas como aceites, lácteos y huevos. Esta combinación explica que el índice general se moderara en el conjunto del país mientras la alimentación volviera a acelerarse, con un impacto más acusado en regiones donde el IPC se mantuvo por encima de la media, como la Comunitat Valenciana.
