El colaborador televisivo Kiko Hernández ha sido hospitalizado este jueves en Melilla tras sufrir una deshidratación severa derivada de la huelga de hambre y sed que mantiene desde hace casi 48 horas como protesta por la clausura de su establecimiento El Cielo.
Según ha explicado en No somos nadie una amiga enfermera de la pareja, tanto Hernández como su marido “no están comiendo ni bebiendo nada”, lo que ha deteriorado rápidamente el estado del presentador.
La profesional ha detallado que Hernández tuvo que ser trasladado a un centro sanitario para recibir suero intravenoso y someterse a pruebas tras sufrir una caída que le provocó una lesión en un brazo. “Van a hacerle una placa”, ha indicado.
En el mismo programa, un médico ha advertido del riesgo extremo que corren ambos si mantienen la abstinencia absoluta de líquidos:
“Si persisten sin beber, pueden fallecer en tres o cinco días, dependiendo del estado físico de cada uno. El cuerpo no puede soportarlo.”
Fran Antón continúa el encierro y la huelga de hambre
El actor Fran Antón, marido de Hernández, continúa encadenado a la entrada del local y en ayuno voluntario como acto reivindicativo. En una videollamada al programa, ha confirmado el empeoramiento de Kiko, aunque la conexión se ha interrumpido antes de aportar más información.
En directo, los colaboradores han rogado a Antón que abandone el ayuno o, al menos, comience a hidratarse:
“Para luchar hay que estar fuerte. Bebe, por favor.”
Denuncias de amenazas y un clima de hostigamiento
Antes de su hospitalización, Hernández explicó en televisión que durante las últimas semanas ha sufrido amenazas graves en Melilla: “Me decían que iban a matarme, que iban a mandar a un moro de la frontera a rajarme… que no lo encontrarían nunca. Temo por mí y por mi familia”, relató.
El colaborador vincula estas situaciones a lo que considera la existencia de una “mafia que controla los estamentos de Melilla”, señalando intereses económicos y políticos detrás de lo que describe como un caso de acoso institucional.
El origen del conflicto: la clausura de El Cielo
La crisis se desencadenó tras la clausura del restaurante El Cielo de Melilla by Kiko y Fran por parte de la Policía Local el martes 9 de diciembre. Desde entonces, la pareja permanece encadenada a las puertas del establecimiento como medida de presión.
Fran Antón asegura que el cierre es injustificado y que el negocio cuenta con toda la documentación en regla:
“Tenemos una licencia vigente. Pero, por motivos que desconozco, la policía ha clausurado el local. Dicen que no podemos hacer nada. ¡Ni podemos entrar!”
Ambos denuncian que no se les permite acceder ni siquiera para recuperar objetos personales, ordenadores, medicación o material escolar de sus hijas.
“Más de 500.000 euros invertidos en un local donde no nos dejan entrar ni para recuperar cosas personales”, lamenta Hernández.
La clausura se produce además en plena campaña navideña, el periodo de mayor actividad para el negocio, que según la pareja tenía más de 6.000 reservas.
Preocupación creciente por la salud de Hernández
La hospitalización de Kiko ha generado inquietud entre familiares, amigos y compañeros de profesión, que han pedido que la protesta no ponga en riesgo la vida de ninguno de los dos.
El colaborador continúa ingresado, mientras el conflicto con el Ayuntamiento de Melilla permanece abierto y la pareja insiste en que no levantará su reivindicación hasta obtener explicaciones sobre el cierre del establecimiento.




