sábado, 27 julio 2024

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La interminable lucha por el soterramiento de las vías del tren de Alfafar

Este paso a nivel ha terminado ya con la vida de 77 personas, la última una chica de 19 años en abril del año pasado.

Tras más de cuatro décadas de reivindicación histórica, el soterramiento de las vías de Alfafar en la Avenida Gómez Ferrer aún no es una realidad. Los vecinos del barrio de San Jorge, son los principales afectados al estar separados del núcleo urbano de Alfafar y de sus servicios básicos (centro de salud, centros administrativos y de ocio y cultura).  Después de muchos años de protestas siguen luchando para que se lleve a cabo la supresión del paso a nivel y que de esta forma no se produzcan más muertes ni afecte a la salud de aquellos que sufren el insoportable sonido de los pitidos del tren.

El punto negro del cruce de vías con barreras de Alfafar-Sedaví, situado en plena zona urbana y muy poblada, del área metropolitana de València, continúa viendo pasar el tiempo y sin avisos de que vaya a ser eliminado a corto plazo, a pesar de ser el factor principal de los numerosos accidentes y arrollamientos que se han producido hasta el momento. Una situación, que ha terminado ya con la vida de 77 personas, la última una chica de 19 años en abril del año pasado.

Tras tantos años de insolvencia e incontables tipos, tanto de reclamaciones como de iniciativas, este paso a nivel-considerado uno de los más peligrosos de toda España, por el que cada día circulan 163 trenes y cruzan 1400 vehículos, se ha convertido en un digno objeto de estudio. ¿Qué400 es lo que hace falta para que se ponga solución? ¿Por qué no se ha reaccionado desde hace ya tiempo? ¿Cuántas muertes más han de producirse para que se vea la gravedad del problema?

La unión de unos pocos por la lucha de muchos

La Plataforma por el soterramiento de las vías de Alfafar, Benetússer y Sedaví nace en el año 1989, bajo el nombre de Comisión del paso a nivel, de la cual formaban parte “unas veinte personas”, representadas principalmente por su presidente, Vicente Garcia, y la secretaria y portavoz de la misma, Encarna Alcaide

Tal y como nos cuenta Encarna, la Comisión desaparece y se crea la Plataforma por el soterramiento de las vías, en el momento en que se produce la muerte de dos jóvenes en el año 1991 por el arrollamiento del tren cuando intentaban cruzar las vías con su moto. “Cuando terminó la concentración a las nueve de la noche, nos fuimos a cenar todos los miembros de la comisión al bar de enfrente, mientras unos chavales decidieron sentarse a beber unas litronas y comerse unos bocadillos en el paso a nivel hasta las once de esa misma noche. Tras verlos, vinieron los antidisturbios para llevárselos”.

“Como nosotros habíamos sido previamente los que habíamos organizado la manifestación, se nos achacó la responsabilidad de que ellos estuvieran allí, y por tanto se nos interpuso una denuncia por parte de Renfe, contra mí, contra otra mujer que se llama Consuelo y contra Félix. Se estableció una condena de dos años (que al final quedó en nada) y un pago- en aquel entonces- de un millón de pesetas como forma de indemnización, aunque ellos también fueron juzgados”, añadió Encarna.

Archivo histórico de la Plataforma por el soterramiento de las vías

Por otro lado, desde la Plataforma, aseguran que “no hay otra opción que el soterramiento”. Para llevarlo a cabo,  no quieren que “esto se convierta en una pelea política”, tan solo quieren “pedir apoyo a todas las instituciones” y seguir trabajando por conseguirlo, “independientemente del partido político” que les ofrezca esa solución. “En esta carrera de fondo”, van a ir poco a poco, y por ello el próximo paso que darán lo antes posible es “ir a Bruselas para presentar una petición ciudadana”.

Encarna se ha mostrado firme y ha explicado que “su único objetivo es que se les escuchen y comprendan el problema, pero si el político no tiene empatía con el movimiento ciudadano no se puede hacer nada”. Muchas han sido las decepciones que han recibido los vecinos frente a esta problemática, que está costando la vida y la salud a aquellas personas que residen en el municipio.

Las voces que nunca serán soterradas

En esta problemática, lo que está claro es que el factor humano es el más perjudicado. El paso a nivel de las vías del tren de Alfafar, Benetússer y Sedaví ha sido el lugar que terminado con la vida de hasta ahora 77 personas, pero también aquel que ha marcado la conciencia de aquellas otras que por un motivo u otro han presenciado los desgarradores sucesos.

Para comprobarlo más de cerca hemos tenido la oportunidad de poder hablar con dos testigos de arrollamientos y suicidios por parte de algunos vecinos del municipio, como lo son Maria Carmen, y otra mujer que ha preferido no revelar su identidad. Dos mujeres que desde hace muchos años viven con el recuerdo de lo que un día sucedió, y que por desgracia siempre permanecerá en su memoria.

Esta mujer ha presenciado numerosos accidentes tanto en las vías del tren como en el paso de cebra que se encuentra al lado de las mismas. Muchos vehículos se lo saltan para intentar llegar a tiempo antes de que se bajen las barreras y así no tener que esperar lo que tarda en pasar el tren. “El primero que presencié fue hace 20 años, más o menos. En la zona de las vías había un señor en silla de ruedas con un perrito. En ese momento me fui a por el periódico al bar de al lado. Cuando volví a esa zona estaba el perro y la silla, pero no el señor”, describe la mujer.

La situación ha llegado a tal extremo para los vecinos que ella misma reconoce que, aunque suene triste, después de tantos incidentes “está acostumbrada, pero el bajón emocional viene después del momento álgido del suceso”. Cuando se produce “es un caos porque la gente se pone muy nerviosa”, y ya sabe perfectamente lo qué hacer: “llamar a la guardia civil corriendo y calmar a la gente”.

Mari Carmen, vecina de Sedaví pero con domicilio en Benetússer, ha sido testigo de uno de los accidentes más impactantes. Con 13 años vió cómo el tren arrolló a una mujer y los restos del cuerpo desmembrado quedaron en sus manos tras el incidente: “La mujer estaba parada y a causa de la velocidad fue arrastrada”. Sin contárselo a sus padres, ha pasado muchos años rechazando sus propias manos y evitando comer carne, hasta el punto de que le diagnosticaron anorexia nerviosa.

Aunque ambas mujeres hayan sido las voces testimoniales del reportaje, hay muchos más testigos que directa o indirectamente no lo están pasando bien y que no quieren hablar por lo que supone volver a recordar lo que de un modo u otro está marcando sus vidas para siempre.

El silencio de ADIF por encima del ruido de sus trenes

Tras intentar ponernos en contacto con ADIF no hemos obtenido respuesta por su parte, por ello hemos recurrido a otro tipo de información ya publicada.

Hoy por hoy, la empresa pública Administradora de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) no tiene previsto eliminar de forma prioritaria este paso a nivel. Dentro de su plan 2012-2024 para este tipo de actuaciones, Adif sólo tiene adjudicada desde 2017 la redacción de los proyectos de supresión de dos pasos a nivel en este trayecto de trenes de cercanías, el de la línea C1 de València a Gandía: uno en Cullera y otro en Tavernes de la Valldigna. En este sentido, parece que el de Alfafar-Sedaví se haya quedado en el limbo (o incluso en el olvido) y poco se hace ahora para sacarlo de ahí.

Si retrocedemos unos años atrás, a finales de septiembre de 2014, se retomaron las conversaciones, gracias al encuentro -aparentemente satisfactorio- que se produce entre el alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, y el Subdirector de Operaciones Este de Adif, Fernando Ugena. El principal objetivo era trasladarle la histórica reivindicación vecinal del soterramiento de las vías del tren a su paso por el municipio y, a su vez, la voluntad de conseguir financiación para esta actuación a través de fondos europeos que permitan el soterramiento de 900 metros de vía, o bien para la colocación de pantallas acústicas que minimicen el agresivo impacto sonoro que se produce. 

Esta primera toma de contacto sirvió para conocer los pasos que debe seguir el Ayuntamiento a la hora de ejecutar este proyecto, el cual parecía que iba a seguir las directrices establecidas pero que se quedó tal y como estaba, a pesar de que Adsuara consiguiera el compromiso de la Consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente hasta el año 2015.

Además, como afirma el portavoz del grupo popular entre 2017 y 2023, Eduardo Grau, él mismo presentó enmiendas a los presupuestos tanto de la Generalitat Valenciana como los Presupuestos Generales del Estado entre los años 2019 y 2023, sin que nunca se incluyeran estas enmiendas en los textos finales. Ahora el pulso entre el Ayuntamiento de Alfafar y Adif por el soterramiento de las vías y la eliminación del paso a nivel continúa, mientras los vecinos siguen sufriendo las consecuencias devastadoras de una situación que parece que a nadie interesa ponerle punto y final de una vez por todas.

Bicicletas y patinetes cruzan el paso esquivando las barreras
Autora: Lara Benavent

La politización de las vidas humanas

No es hasta finales del año 2009 cuando el tema ha tomado una vertiente más política y, por consiguiente, un mayor reconocimiento en los medios de comunicación. Aparece una noticia en la que se aprecia como la muerte in situ de una mujer anciana en las vías de este paso a nivel, abre de nuevo el debate sobre el soterramiento. Según comentan antiguos vecinos y políticos del municipio, se recupera la reivindicación debido a que, en los años anteriores, y debido al alto nivel de suicidios y lo delicado del caso, se llegó a un acuerdo de silencio entre las administraciones, los medios de comunicación y los propios vecinos. 

Ahora, tras el último debate que tuvo lugar en Les Corts, el PSPV está dispuesto a retomar el soterramiento, pero de una forma “insostenible”. La representante del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, ha reconocido públicamente que la prioridad para el Gobierno de España es eliminar el paso a nivel de Alfafar-Sedaví y no contempla de momento el soterramiento de las vías. Según Bernabé, el proyecto que plantea Mazón es un proyecto que solo soterraría Alfafar,  y se dejaría a otros como Sedaví, Benetússer, cuyos alcaldes defienden el soterramiento de Silla a València y no solo el tramo de apenas 2 kms.

Desde la Plataforma por el Soterramiento de las vías en Alfafar-Sedaví-Benetússer ya han evidenciado su desacuerdo con las palabras de Pilar Bernabé, ya que advierten que la supresión del paso a nivel es un parche pero no la solución definitiva a sus denuncias de contaminación acústica y de inseguridad, que ahora mismo han tramitado contra Adif.

La portavoz de la plataforma, Encarna Alcaide, nos cuenta que “lo que quieren hacer es algo que supondría volver a los inicios y no avanzar en la reivindicación. Ellos saben que esto no se puede llevar a cabo porque está el barranco de Catarroja y el río. Es una barbaridad lo que nos proponen después de cuarenta años. Al fin y al cabo, queremos que se nos trate como el resto de comunidades que han sufrido la misma problemática”. 

La Plataforma por el soterramiento de las vías en les Corts Valencianes.
Autora: Encarna Alcaide

En pleno revuelo, se ha celebrado una reunión en la Ciutat administrativa 9 d’Octubre en la que Salomé Pradas, consellera de Medi Ambient, Aigua, Infraestructures i Territori de la Generalitat Valencia, junto con la Plataforma de Afectados por el Soterramiento en Alfafar, Benetússer y Sedaví, han abordado la situación del paso a nivel. Al finalizar la reunión, la consellera ha afirmado que solicitará la redacción del proyecto definitivo del soterramiento de las vías del tren al Ministerio de Transportes. 

Además, Pradas presupone que si Adif todavía no lo han hecho es por “problemas económicos o desconocimiento de la solución”. “Nosotros que sí lo conocemos y tenemos ya realizado ese estudio de soluciones previo, estamos dispuestos a hacer el proyecto definitivo y que ellos se comprometan a ejecutar las obras”, ha añadido. 

El proyecto se basaría en el soterramiento de las vías durante un recorrido de 2.800 metros y la construcción de una nueva estación de tren para Alfafar y Bentússer, diferentes pasos bajo la vía y la habilitación de una pasarela peatonal sobre ella, entre otras actuaciones. Igualmente, prevé una partida para urbanizar adecuadamente la zona que está llamada a ser el gran eje urbano de esta zona en la que viven cerca de 50.000 habitantes.

Desde la Generalitat prevén que el estudio esté concluido en 2026, y a partir de ahí iniciar las obras pertinentes. Al mismo tiempo, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, se ha reiterado en sus recientes declaraciones y en las que aseguraba que la eliminación del paso a nivel es la prioridad. También ha querido recalcar que la eliminación del paso no impide avanzar en el proyecto del soterramiento.

En su aparición, Bernabé no ha dudado en mostrar su desacuerdo con Adsuara y la propuesta de dimisión que le ofreció, achacando la actitud del alcalde a un uso político del tema mientras “juega con los sentimientos y el dolor de los vecinos”. “Me duele que el alcalde quiera jugar con los sentimientos, con el dolor y con la necesidad de abordar un problema por una cuestión política y por hacer trilerismo político y juego de palabras para poder alimentarse de la confrontación de forma permanente”, ha manifestado la delegada. 

Los miembros de la Plataforma también han reaccionado a estas declaraciones y han hecho saber su disgusto ante la propuesta de Bernabé. Los vecinos se reunieron en el paso a nivel para “levantar un muro” de tela en el que sé lee la frase “No queremos muros, soterrar es lo seguro. Pilar Bernabé, solución o dimisión”. 

Por su parte, el gobierno de la Generalitat Valenciana quiere retomar la ofensiva, poniendo sobre la mesa 130 millones de euros para financiar las obras del soterramiento de las vías del tren a su paso por las localidades valencianas de Alfafar, Sedaví y Benetúser. El presidente de la Generalitat, Carlos Mazónha reclamado esa cantidad al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que encabeza Óscar Puente, para acometer los trabajos. Se pretende que esta propuesta sea incluida por el Gobierno de Pedro Sánchez en los Presupuestos Generales del Estado.

La actual diputada en las Cortes Valencianas y ex alcaldesa de BenetússerLaura Chuliá, explica que hoy en día “el principal problema de esto es la falta de conocimiento”. Frente a las propuestas de otros políticos, asegura que lo mejor es que el ministro de Transportes, Óscar Puente, vaya al municipio y contemple de cerca la situación. A lo largo de la entrevista se muestra consistente en su postura frente a la actitud de la empresa ferroviaria de Adif, y reitera en numerosas ocasiones que “la única solución viable es el soterramiento.”

Laura Chulià, diputada en las Cortes valencianas y exalcaldesa de Benetússer

Desde el Ayuntamiento de Alfafar, el alcalde Juan Ramón Adsuara, quien también vive a escasos metros del paso a nivel, afirma que el hecho de que aún no se haya puesto una solución en marcha es por “falta de voluntad política”. Hasta que llegue, la posibilidad que se le ofrece al ayuntamiento para prevenir los accidentes es “levantar un muro y desviar el tráfico por otra ciudad, mientras que las personas pasarían por una pasarela elevada”. 

La propuesta de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, es calificada por Adsuara como “una propuesta sin criterio técnico que posiciona  a los habitantes de Alfafar como ciudadanos de segunda” y que además, “rompe con los criterios del plan de movilidad urbana sostenible” que tiene aprobados el ayuntamiento del municipio. En palabras del alcalde, el levantamiento del muro supondría “aislar una zona, crear un gueto y matar tanto al comercio como la vida que hay en estos momentos en los barrios”. 

Juan Ramón Adsuara reconoce que “aún no ha podido hablar directamente con el ministro de Transportes, Óscar Puente, sobre este asunto”, pero sí que lo ha hecho con la delegada del Gobierno, con una eurodiputada del partido socialista y con los técnicos de Adif. A pesar de haberse celebrado estas reuniones, “todavía no se tiene respuesta acerca de sus peticiones”.

A la cuestión sobre qué relación mantiene ahora mismo el ayuntamiento de Alfafar con Adif, el alcalde califica la misma como “buena y correcta” en cuanto a los permisos y el mantenimiento,así como su coordinación con la policía,  pero que sin embargo con el departamento de pasos a niveles “no se tiene ningún tipo de comunicación desde hace mucho tiempo”.

Además, Adsuara cuenta que se ha abierto un expediente sancionador contra Adif por el ruido que están provocando los pitidos, tras un estudio que ha supuesto un gasto de 30.000 euros: se incumple la ley acústica y el plan de emergencias y evacuación, ya que donde se encuentra el paso a nivel es el punto más alto de Alfafar. “En caso de una inundación o una catástrofe se tendría que evacuar a los vecinos del municipio por esa zona, pero actualmente resulta algo complicado con el paso a nivel, ya que una ambulancia no podría pasar porque las barreras están bajadas”, remarca Adsuara.

Tras esta denuncia, Adif también les ha denunciado: “esperemos que el juez valore y obligue a Adif a soterrar las vías. Se están vulnerando los derechos de las personas y no se les está dando ninguna solución”. Ante esto, el alcalde ha reconocido que van a ir al Comité de peticiones ciudadanas de Europa, para demostrar la vulneración de esos derechos a través de un informe elaborado por un catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia. 

Al final de la entrevista, Juan Ramón Adsuara ha querido remarcar que “cuando es campaña electoral todo el mundo acude allí, mientras que cuando no lo es, nadie sabe que existe el problema. Hay que recordar que los que mueren son personas, y por ello no hay que optar por politizar tanto el tema”. 

Cronología de un proyecto fantasma

En octubre del año 2000, la Conselleria de Obras Públicas y Transportes (Coput) presentaba a los Ayuntamientos de Alfafar, Sedaví y Benetússer el anteproyecto impulsado por la Generalitat, en manos del Partido Popular, para el soterramiento de las vías que cruzaban los tres términos municipales. El documento era el resultado de una promesa electoral de Eduardo Zaplana en 1995, cuando era el candidato del PP a la Generalitat. En 1998, ya ungido como presidente, Zaplana regresó a Alfafar y la plataforma ciudadana le esperaba con una pancarta para que cumpliera el anuncio hecho allí mismo tres años antes. 

El anteproyecto tenía un coste de 8.000 millones de pesetas de la época y un plazo de ejecución de 24 meses. La actuación abarcaba una longitud de tres kilómetros, aunque el soterramiento total se reduciría a 1.200 metros. El resto sería en U, es decir, en trinchera a cielo abierto. La intervención contemplaba también la supresión de la actual estación.

Vicente Dómine, entonces director general de Transportes, explicó a los alcaldes que con la ejecución del proyecto que les presentaba «se solventará los problemas urbanísticos y de seguridad». Además, adelantó que «a medio plazo está previsto que los trenes de largo recorrido, velocidad y mercancías cambien de itinerario de forma que esta línea (la que atravesaba los pueblos afectados) solo será para cercanías».

Los alcaldes acogieron el anuncio de manera dispar. Si bien los alcaldes de Benetússer, José Enrique Aguar, y Alfafar, Joan Josep Baixauli, se ilusionaron con el proyecto, Manuel Corredor, primer edil de Sedaví, mostró sus reticencias al asegurar que se debería soterrar toda la línea entre València y Silla y no a tramos, calificando el proyecto de «insuficiente».

Pero la Generalitat, como sucede ahora, no tenía competencias en la red ferroviaria de Renfe. Tal es así, que Francesc Romeu, diputado socialista en el Congreso, presentó una pregunta a la mesa del parlamento sobre el anteproyecto de la Generalitat. La respuesta fue tajante. El Ministerio de Fomento aseguraba que no había adquirido compromiso alguno «para la financiación de las obras de estos soterramientos», y añadía que no había firmado ningún convenio con las otras Administraciones afectadas -Generalitat y Ayuntamientos- «para la ejecución de las obras de soterramiento, ni ha acordado la solución técnica». 

Por contra, el departamento ministerial sí admitía a Romeu conocer el anteproyecto redactado por la Generalidad Valenciana y afirmaba que «en estos momentos no es aconsejable la realización de esta actuación hasta que no se encuentren en servicio las obras de la nueva penetración del AVE a Valencia», y destacaba que la llegada de la Alta Velocidad «reducirá el número actual de circulaciones, de 200 trenes diarios, por lo que no es posible ejecutar estas obras sin afectar a la circulación». El jarro de agua fría del Gobierno central a las pretensiones de la Generalitat fue tremendo.

Pese al revés, los municipios no perdieron la esperanza. Se aferraron a la posibilidad de aprovechar la ejecución de la línea del AVE entre Madrid y València. El trazado elegido por Fomento para la entrada y salida sur de la capital daba un rodeo de unos 15 kilómetros por Torrent y Picanya, entre otros, con un coste de 240 millones de euros. Dicho itinerario generaba un impacto considerable en la huerta de los municipios afectados, además de la barrera visual.

Fue entonces cuando se planteó la alternativa, aprovechando el anteproyecto lanzado por la Generalitat, de crear un túnel entre València y Silla con dos cajones, uno para el AVE y otro para Cercanías. La inversión se cifraba en 270, contando con el soterramiento previsto por la Generalitat. Curiosamente Vicente Dómine se oponía a dicha propuesta al considerar que el nivel freático de parte de este túnel tendría un coste elevadísimo.

En este sentido, el estudio realizado por varias ingenierías detallaron que los cinco túneles que comportaría esta alternativa por la vía que discurre por Alfafar, Sedaví o Benetússer solo sumarían 5,5 kilómetros en total, combinando el resto del trazado con tramos en trinchera. Fomento acabó manteniendo el itinerario previsto desde su inicio y las vías y pasos a nivel de l’Horta Sud se mantuvieron. 

En 2004, el Gobierno de España aceptó la elaboración de un estudio para el soterramiento de varias líneas de Cercanías y regionales del país, donde se incluyó el tramo entre València y Silla, que cruza Alfafar, Sedaví y Benetússer. Dicho informe recibió hasta una partida de 500.000 euros en los Presupuestos del Estado de 2006. El estudio previo abarcaba una longitud de 10 kilómetros. En las cuentas de 2008 se destinaron otros 278.000 euros. El gobierno adjudicó el informe a una consultora madrileña por más de 662.000 euros, con un plazo de redacción de 24 meses. Concluido el documento, que nunca fue público, el Gobierno no hizo nada más por el soterramiento.

Renfe, otra prespectiva del problema

La empresa de transporte de pasajeros y mercaderías por vía férrea, Renfe, también sufre a diario la falta de implicación de las partes interesadas para poner fin a la problemática. Para conocer cuál es la opinión de sus trabajadores, y así enfocar la necesidad de soterramiento desde otro punto de vista hemos hablado con uno de ellos, que ha preferido no hacer pública su identidad. 

Este conductor de trenes de cercanías de Renfe nos cuenta que, a pesar de que después de 40 años de profesión nunca ha sufrido ningún accidente,  “ese paso a nivel debería haber estado soterrado desde hace mucho tiempo” y que supone también “un peligro para los maquinistas”, aunque al final “es una decisión política”. Frente a las numerosas quejas de los vecinos que tienen sus casas cercas de las vías, sobre el ruido constante que hacen los trenes cuando pitan, el maquinista destaca que “los pitidos son necesarios”, ya que si alguien decide suicidarse arrojándose a las vías y se descubre que el tren no ha pitado previamente, “se podrían tomar acciones legales” contra ellos.

“La gente continúa haciendo lo que ha hecho toda la vida, si ven que no viene ningún tren, aunque las barreras de seguridad están bajadas pasan igualmente”. El maquinista reconoce que a pesar de la peligrosidad del paso a nivel, “la gente también tiene que tener más cuidado y respetar las medidas de seguridad”.

Tren de Renfe Alvia pasando por el paso a nivel de Alfafar. Autora: Oreto Alejo

Todo lo que un día comenzó, a día de hoy sigue sin resolverse. Las continuas reivindicaciones y quejas de los vecinos, cuya voz es representada por la Plataforma por el soterramiento de las vías, siguen retumbando entre las calles y cada vez más en los despachos de los políticos. El poco interés por financiar un proyecto tan necesario como este, no puede anteponerse a la vida de casi un centenar de personas. 

La redacción del proyecto y petición de inclusión al ministerio está dando ahora una esperanza a los vecinos para poder avanzar en un tema que lleva muchos años en liza, que va contra el desarrollo sostenible de las ciudades, contra la movilidad dentro de una misma población, contra el acceso de la ciudadanía a los servicios básicos pero, sobre todo, contra la salud y en ocasiones la vida de muchas personas.

Las instituciones deben concienciarse de la magnitud del problema y dejar a un lado la visión empresarial. En su mano está poner fin al calvario de miles de personas que transcurren diariamente por el mayor punto negro ferroviario de España. 

La esperanza de que la solución llegue sigue siendo el motivo de lucha para la Plataforma y los vecinos. Es triste pensar que, estando nosotros allí, muchos de los habitantes afirmaban que no había solución y que nunca se iba a terminar aquel dilema. En sus ojos se veía desesperación, pero también rendición ante un problema que, después de cuarenta años de lucha, aún no tiene solución. 

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