Este domingo, más de 180 personas se reunieron en Valencia para exigir la liberación de los rehenes secuestrados por Hamás, incluidos niños y familias que llevan meses sin poder regresar a casa. La manifestación comenzó frente al Ayuntamiento y recorrió las principales calles del centro de la ciudad, pasando por lugares históricos como el barrio judío y la calle Colón, donde se ubicaba el antiguo cementerio judío. Los manifestantes portaban pancartas con mensajes de paz y libertad, además de fotografías de los rehenes.
Llamamiento internacional y denuncias
Los organizadores hicieron un llamamiento directo a la comunidad internacional, exigiendo la intervención inmediata de gobiernos, la Cruz Roja y organizaciones de derechos humanos para garantizar la liberación de los secuestrados. Durante la manifestación, también se criticó duramente el silencio de organismos internacionales, como la ONU, y de movimientos feministas que no han condenado con suficiente fuerza los ataques y abusos cometidos por Hamás, particularmente contra mujeres y niños durante los atentados del 7 de octubre.
“Todos y cada uno de los rehenes tiene una historia, y sus familias están viviendo un infierno día tras día, esperando su regreso”, declaró uno de los portavoces del colectivo israelí en Valencia. “Hoy es el día de actuar. Mañana será demasiado tarde”, enfatizó en su discurso, dirigido tanto a los gobiernos del mundo como al de España.
Reclamo por un corredor humanitario
Uno de los puntos clave de la manifestación fue la exigencia de la creación de un corredor humanitario que permita el acceso a los rehenes y garantice su liberación en condiciones de seguridad. Los manifestantes señalaron la falta de respuesta efectiva por parte de la comunidad internacional tras la ejecución de seis rehenes, que llevaban meses cautivos.
Un mensaje de paz y esperanza
La marcha finalizó de manera emotiva con el himno de Israel, seguido del grito “Am Israel Jai” (El pueblo de Israel vive), coreado por todos los asistentes en el corazón de Valencia. La convocatoria no solo pedía la liberación de los secuestrados, sino también una solución pacífica y duradera que permita la convivencia entre israelíes y palestinos. Los participantes abogaron por un diálogo que incluya a ambas partes y que ponga fin a la violencia, condenando el terrorismo de Hamás como un obstáculo para la paz.
