Medio centenar de personas, pertenecientes a colectivos sociales, y convocados por la Plataforma contra la Pobreza, se han concentrado esta mañana a las puertas del Ayuntamiento de Alicante en contra de la Ordenanza Municipal de Convivencia Cívica, que aprobó provisionalmente el consistorio el pasado 25 de noviembre, para regular y sancionar la mendicidad, prostitución, actos vandálicos o consumo en la calle “al ir en contra de las personas”, ha dicho la portavoz, Mercedes García. Su protesta se ha hecho coincidir con un pleno municipal que se ha celebrado telemáticamente.
La Plataforma contra la Pobreza, la Exclusión y la Desigualdad Social ha presentado alegaciones a esta ordenanza provisional, que califica “de la vergüenza”, a partir del manifiesto en contra de la normativa que firmaron en su día más de cuarenta colectivos y asociaciones de Alicante. En paralelo otras entidades como Cáritas, Solidaridad Internacional, Médicos del Mundo, los sindicatos CCOO y UGT o Marea Blanca, han presentado también sus respectivas alegaciones, al igual que algunos partidos políticos.
La ordenanza reguladora de la Convivencia Cívica, aprobada en noviembre por PP, Ciudadanos y VOX y la oposición de PSOE, Compromís y Unidas Podemos, prevé sanciones en contra de la mendicidad coactiva, con violencia o intimidación, actitudes de acoso, conductas vandálicas o actividades de explotación sexual regulando la utilización del espacio público, según explicó en su día el concejal de Seguridad, José Ramón González.
Alegaciones
En sus alegaciones la Plataforma considera que la ordenanza “es contraria a la normativa internacional, nacional y local” al no respetar la Constitución Española en varios de sus artículos, no respetar la Declaración Universal de Derechos Humanos sobre la igualdad y dignidad y derechos de las personas, o incumplir la Agenda 2030, entre otros. También considera “ineficaz la actitud sancionadora de las situaciones de exclusión, que ya se ha demostrado inútil en el tratamiento de la explotación sexual, la trata o la mendicidad”, dice. Ahora esperan que el Ayuntamiento acepte las alegaciones presentadas al ser “un clamor social” y modifiquen el texto, según Mercedes García.
“Nos suena a otra época y no se puede juntar la ordenanza de las basuras con personas que están en la calle para sobrevivir. Lo que tenemos que hacer con las personas más vulnerables es atenderlas, hacer planes de prevención y protección social, y aplicar de una vez el Plan de Inclusión de la ciudad de Alicante que se aprobó el año pasado”, asegura Mercedes García.
De la misma opinión es Toñi Molina, de Marea Blanca, porque la ordenanza discrimina, carece de proporcionalidad en las sanciones propuestas, o desprotege a los más vulnerables, que son las personas que están en la calle o ejercen la prostitución.
Intentos anteriores de ordenanzas
En el pasado ya se produjeron varios intentos de aprobar ordenanzas similares. La primera a finales de la década de los años noventa con el popular Díaz Alperi que fue muy criticada y no salió adelante. La última, en 2011 impulsada por la popular Sonia Castedo, que llegó a plantear que se pudiera requisar las limosnas. También fue duramente criticada y retirada por el tripartido de PSOE, Compromís y EU en 2016 al atentar contra los más vulnerables.
Crece la pobreza
Tras la crisis del 2008, que empeoró las condiciones de vida de los más vulnerables, la pandemia ha acrecentado la brecha social de Alicante hasta el punto de que “cinco de cada diez alicantinos no podrían comer si no tuvieran ayudas”, dice Mercedes García, portavoz de la Plataforma Contra la Pobreza. “Hay mucha gente que vive con lo justito y que cuando tiene un imprevisto tiene que acudir a la solidaridad”, añade la portavoz de este colectivo. Además, recuerda García, la pobreza ha afectado más a las personas que trabajan en el cuidado de personas, hostelería o servicio doméstico y lo confirman los informes, entre ellos el de Oxfam, donde Alicante “es una de las ciudades que más pobreza tiene”,
En el caso de Alicante los mayores índices de pobreza se concentran, según la portavoz de la Plataforma, en el Barrio del Carmen – más conocido por su denominación anterior de Mil Vivienda- Colonia Requena o Virgen del Remedio aunque se ve por toda la ciudad. “Se cuida la fachada que se ve donde vienen los turistas, pero la ciudad es para todos”.
La Plataforma pide un refuerzo de los servicios sociales para atender la elevada demanda que existe y que el Ayuntamiento trabaje con las organizaciones sociales que conocen de cerca los problemas.
