El presidente de la CEV, Salvador Navarro, renuncia a presentarse a la reelección y abre paso a una candidatura alternativa que gana fuerza en el empresariado valenciano.
Navarro ha explicado que es “un buen momento para dar un paso al lado” tras no reunir los avales necesarios para optar a un tercer mandato y ante la irrupción del proyecto de Vicente Lafuente, líder de Femeval.
La jornada electoral está prevista para el 6 de noviembre y el plazo para registrar aspirantes finaliza el 22 de octubre.
Para formalizar candidatura se exige al menos el 20% de avales de los 515 miembros de pleno derecho, es decir, 103 apoyos.
Repetir mandato
Navarro había barajado repetir mandato. Sin embargo, el clima interno se tensó en las últimas semanas y crecieron las voces que pedían un relevo.
La alternativa que encabeza Vicente Lafuente canalizó esos apoyos, lo que llevó al todavía presidente a desistir. El propio Navarro subrayó que había “intentado poner lo mejor” en sus ocho años al frente de la organización, pero que la aparición de otra candidatura sólida y la posibilidad de más aspirantes hacían aconsejable apartarse para facilitar una transición ordenada.
La CEV exige un mínimo del 20% de avales para concurrir a las urnas. Esta norma actúa como filtro para garantizar que solo compitan proyectos con respaldo suficiente.
El plazo para presentar candidaturas concluye el 22 de octubre. Después, la organización cerrará el censo, proclamará candidaturas y celebrará la votación el 6 de noviembre.
El proceso, por tanto, combina control de apoyos, transparencia interna y un calendario breve que refuerza la estabilidad de la patronal.
Fricciones publicas con Carlos Mazón
La decisión de Navarro llega tras fricciones públicas con el president de la Generalitat, Carlos Mazón, y en medio de un debate sobre el rumbo de la interlocución empresarial.
La candidatura de Lafuente, que preside Femeval, se presenta como una opción de continuidad en la defensa del tejido productivo, pero con énfasis en la industria, la competitividad y la cooperación sectorial. Su perfil agrupa sensibilidades diversas del empresariado y podría consolidar apoyos en organizaciones territoriales y sectoriales.
Balance de gestión y legado organizativo
Durante su etapa, Navarro impulsó la consolidación de una patronal autonómica fuerte tras la liquidación de Cierval y la desaparición de CEC y Coepa. La CEV ganó representatividad, reforzó su papel en el diálogo social y redujo la dependencia de recursos públicos.
Además, coordinó respuestas en momentos críticos como la pandemia y episodios climáticos severos. Hoy integra cientos de asociaciones y empresas, lo que le otorga capilaridad territorial y sectorial. Con su paso atrás, la organización afronta un nuevo ciclo con bases sólidas y la vista puesta en retos como la financiación, la transformación digital, la internacionalización y el empleo cualificado.
Opción de LaFuente
La opción de Lafuente introduce un foco más industrial y manufacturero, sin perder de vista servicios, turismo y logística. Su objetivo declarado es mantener una CEV unida, útil y respetada por las administraciones.
Para ello, plantea una agenda con prioridades claras: simplificación regulatoria, estabilidad fiscal, impulso a la formación profesional y alianzas para atraer inversión. Si prospera su proyecto, el nuevo liderazgo deberá consolidar consensos, tejer complicidades con la Generalitat y el Gobierno central y sostener una posición firme en temas clave como infraestructuras, energía y transición verde.






