Una operación conjunta de la Policía Nacional y la Guardia Civil ha permitido desarticular una organización criminal que llevaba meses perpetrando robos violentos en tiendas de bicicletas de alta gama y motocicletas en distintos puntos de la Comunitat Valenciana y Aragón.
La red habría sustraído material valorado en más de 420.000 euros en comercios de Nules, Peñíscola, Almassora, Alzira, Paiporta, Utebo y Huesca, afectando de forma significativa a pequeños negocios especializados.
Los agentes han detenido a tres autores materiales de los robos, así como a una cuarta persona vinculada a la organización. Uno de los arrestados tenía en vigor una Orden Europea de Detención y Entrega emitida por las autoridades de Austria por hechos similares. Las detenciones se realizaron en Benabarre y Binéfar (Huesca) y en Térmens (Lleida), donde también se intervinieron la furgoneta empleada en los asaltos, un vehículo de alta gama y varios teléfonos móviles.
Robos en menos de tres minutos
Según la investigación, el grupo actuaba con una planificación meticulosa. Accedían a los comercios de madrugada, encapuchados y armados con mazas para fracturar los escaparates. Seleccionaban únicamente las bicicletas de mayor valor económico y las cargaban rápidamente en una furgoneta. Toda la actuación se ejecutaba “en apenas tres minutos”, antes de huir de la ciudad.
El grupo utilizaba furgonetas y vehículos sustraídos, así como otros comprados días antes a particulares, a los que colocaban placas falsas para evitar su identificación. Para alertar de posibles controles policiales empleaban un vehículo lanzadera. Tras los robos, el material era transportado por vía terrestre hasta Rumanía.
Una investigación que conecta ocho localidades
Las investigaciones se iniciaron tras los robos cometidos en Huesca, Alzira y varios puntos de Castellón, donde la Unidad de Delitos Económicos y Violentos de la Comisaría Provincial de Huesca, la Brigada Local de Policía Judicial de Alzira-Algemesí y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Castellón comenzaron a detectar un patrón común.
La colaboración operativa entre ambos cuerpos policiales permitió relacionar los robos y identificar a cuatro autores, todos ellos de origen rumano. La furgoneta principal utilizada en los asaltos fue localizada en un descampado de Barbastro, donde se descubrió que había sido adquirida con documentación falsa, dejando al propietario real como víctima de una usurpación de identidad.
A mediados de noviembre se llevó a cabo el operativo final con las detenciones de los implicados. Uno de ellos había sido arrestado días antes al ser reclamado por Austria, mientras que la autoridad judicial ha decretado prisión provisional para uno de los detenidos. La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.






