El conseller de Educación en funciones, José Antonio Rovira, ha defendido su decisión de desplazarse a Alicante a mediodía del 29 de octubre, jornada de la DANA en la Comunitat Valenciana. Ha alegado motivos familiares y de agenda y ha sostenido que actuó con una falsa sensación de calma que, según afirma, le trasladó la Delegación del Gobierno sobre la gravedad de lo que ocurría en Valencia.
Rovira ha comparecido en la Comisión de investigación de la DANA en el Congreso, que ha convocado a cargos políticos, víctimas y otros intervinientes para esclarecer la gestión de la catástrofe, que se saldó con 229 víctimas mortales en Valencia. En ese marco, ha tratado de explicar por qué salió de la provincia cuando aún había centros escolares abiertos.
Defensa de su actuación
’Me fui (a Alicante) con la falsa tranquilidad que nos transmitió la delegada del Gobierno (Pilar Bernabé), que era la máxima responsable en la información’, ha señalado. Como ejemplo de ese clima de normalidad, ha agregado que el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar se encontraba en unas jornadas en la Universitat Politècnica de València.
Ha detallado que en ese momento no había carreteras cortadas, que desde la Delegación se había trasladado que la tormenta se dirigía hacia Cuenca y que él tenía compromisos en Alicante, por lo que decidió salir. Aun así, ha reconocido que debía atender cuestiones familiares y personales y asuntos de su Conselleria, pero que, de haber contado con toda la información, no habría abandonado Valencia.
Según Rovira, la información que se le transmitió desde el Gobierno ha sido ‘totalmente errónea’. Ha insistido en que, si hubiera recibido datos suficientes y adecuados por parte de la Agencia Estatal de Meteorología y de la Confederación Hidrográfica del Júcar, su actuación aquel día habría sido distinta. A preguntas de la oposición, tras ser reprochado por salir de la provincia durante la DANA, ha reiterado que con un cuadro completo de la situación se habría quedado en Valencia.
Competencias y alerta meteorológica
El conseller en funciones ha subrayado que su departamento no tiene competencias en materia de emergencias y que la apertura o cierre de los centros educativos recae en los ayuntamientos, que son quienes trasladan la información a los colegios. Ha defendido que Educación coordina y planifica, pero no activa ni desactiva medidas excepcionales en episodios de riesgo.
Ha sostenido que el 29 de octubre era un día aparentemente normal con la información disponible, pese a que en Valencia regía una alerta roja. Ha matizado que este tipo de avisos se repite con frecuencia y no siempre se traducen en efectos graves, lo que contribuye a que, en ocasiones, se perciba menos urgencia de la que finalmente exige el episodio.
De hecho, ha apuntado que Aemet había avisado de que la tormenta remitiría sobre las seis de la tarde en Valencia y se desplazaría hacia el interior. En coherencia con ese escenario y sin cortes de vías, ha justificado su desplazamiento. Con todo, ha concluido que, si hubiera tenido información completa y a tiempo, su decisión habría sido otra y se habría quedado en Valencia.
Para contextualizar su actuación, ha recordado que su responsabilidad alcanza a 500.000 alumnos y 80.000 docentes en toda la Comunitat, no solo en la provincia de Valencia. Ha afirmado que su agenda de trabajo se distribuye por todo el territorio y que aquel día actuó conforme a los datos que tenía en ese momento.






