
Xàtiva es la capital de La Costera en la provincia de València, cuenta con casi 30.000 habitantes, fue la cuna de los papas Borja.
Geografía
El municipio de Xàtiva está situado entre las cuencas del río Albaida y de su afluente el río Cáñoles, en el estratégico corredor de Montesa. Tiene un perímetro muy desigual y cuenta con varios enclaves territoriales, fruto de las segregaciones habidas en su término histórico, que estaba compuesto por más de 60 pueblos.
Se distinguen al menos cuatro unidades bien diferenciadas en el relieve. En la zona septentrional se alza la sierra de Santa Anna, un afloramiento de naturaleza triásica. Al sur de esta sierra, entre la Llosa de Ranes y Játiva, se extiende un amplio valle de fondo casi plano, con una altitud media de 80-100 m y cubierto de sedimentos cuaternarios. Está surcado en dirección O-E por el río Cáñoles y el barranco de Carnissers, y en dirección S-N por el río Albaida, con cuyas aguas se riega la fértil huerta de Játiva.
En el este del Albaida se alza la mole del Puig (312 m), en cuya cima está las ruinas de la ermita de Nuestra Señora del Puig. Al sur de la huerta el relieve se vuelve abrupto por medio de un anticlinal de paredes casi verticales y agudas calizas. Al sur de estas crestas se abre el valle de Bisquert, colorido por las tierras albarizas. Por el sur de Bisquert se levanta la Serra Grossa, que conforma el límite con el Valle de Albaida.
La ciudad está enclavada a los pies del cerro del castillo cuyas laderas llegan a ocupar algunas casas, extendiéndose hasta la parte más llana de la vega.
Historia
Xàtiva expresa a través de sus monumentos el lugar destacado que ha ocupado desde siempre en la historia. Sede episcopal en la época visigótica, vivió una etapa de esplendor cultural durante la dominación musulmana. Posteriormente, tras la conquista cristiana, fue la segunda ciudad del Reino de Valencia y cuna de renombrados personajes; la familia Borja, que dio dos papas, o el pintor Josep de Ribera, El Espanyoleto.
Fue baluarte de los Austrias en la Guerra de Sucesión española. Su incendio ordenado por Felipe V, el primer Borbón entronizado en España, ha quedado grabado en la ciudad y en la memoria de los Xativins, conocidos desde entonces con el sobrenombre de Socarrat