12.5 C
Valencia
miércoles, diciembre 3, 2025

Hallan una treintena de agentes infecciosos tras la dana, con mayor carga en los lodos

UJI INSITUCIONAL
MAS ALLA RECONSTRCCION 1
DONA EL PAS GVA
Ejemplo de shortcode con estilo
Un estudio tras la dana del 29 de octubre detectó una treintena de agentes infecciosos, concentrados sobre todo en lodos, con alta contaminación fecal y riesgos añadidos.

Una treintena de agentes infecciosos fueron detectados en las semanas posteriores a la dana del 29 de octubre de 2024 en la provincia de Valencia, con mayor presencia en los lodos arrastrados que en las aguas acumuladas. Las conclusiones proceden de un estudio presentado en unas jornadas del Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche por dos catedráticos de Parasitología de la Universitat de València.

El trabajo se basó en 111 muestras recogidas durante las tres primeras semanas tras el episodio: 44 procedentes de aguas acumuladas y 65 de lodos. Además, se incorporó el análisis de 3.000 mosquitos y 140 caracoles, ambos vectores potenciales de virus y bacterias. Según explicaron, se observaron virus y bacterias en torno a la treintena y, de forma destacada, se detectó una elevada cantidad de mosquitos, inusual para un mes de noviembre, lo que agravó el riesgo sanitario por su capacidad de transmisión.

Más riesgo en los lodos

Los responsables del estudio subrayaron que los lodos concentraron la mayor carga de patógenos frente a las aguas. Esta diferencia se entiende por el arrastre de materia orgánica y desechos durante las inundaciones, que favorece que los microorganismos se adhieran y persistan en los sedimentos. Entre las patologías postdesastre más comunes tras la riada se registraron dolencias gastrointestinales, con especial incidencia de la diarrea, y también infecciones respiratorias derivadas de la inhalación de moho en inmuebles afectados por la humedad.

Los microorganismos detectados fueron muy variables en especies y mostraron distintos mecanismos de transmisión: falta de equipos de protección, déficits de higiene en tareas de limpieza, exposición de heridas y contacto con animales. Las consecuencias sanitarias se verán a largo plazo y afectarán con mayor intensidad a colectivos vulnerables como la población infantil y las personas mayores dependientes, por su menor capacidad de respuesta ante infecciones y complicaciones.

Contaminación fecal y salud pública

El estudio destacó las elevadas tasas de contaminación fecal, tanto de origen humano como procedente de explotaciones ganaderas de ovejas, cabras y équidos, además de perros y gatos. Este escenario se vio agravado por las intensas oleadas de agua que causaron arrastres masivos, la ruptura de tuberías de aguas residuales, la destrucción de redes de canalización de desechos y la obstrucción de sistemas de alcantarillado. Como consecuencia, se produjeron numerosos episodios de gastroenteritis, enterocolitis y diferentes variantes de diarrea, además de casos de septicemia.

Los expertos recordaron que las inundaciones son el desastre natural más frecuente a escala global, al concentrar en torno al 40 % de los eventos, y que han provocado más de 53.000 muertes en la última década. Pese a ello, apenas existen datos sólidos sobre los efectos de las danas en la salud a corto, medio y largo plazo, por lo que se planteó la necesidad de seguir investigando la supervivencia de los agentes infecciosos y su capacidad de propagación tras episodios similares.

Uno de los catedráticos definió la dana como un desastre sin precedentes, mucho peor que el huracán Katrina, y señaló que coincidieron tormentas muy intensas, aparato eléctrico, granizo y un vendaval, con registros de hasta 770 litros por metro cuadrado en puntos como Mas de Calabarra (Valencia). También apuntó que días después de la riada apareció en localidades como Chiva una especie de niebla con polvillo blanco que provocaba irritación de garganta, un fenómeno observado después en el Reino Unido y en Estados Unidos y que sigue pendiente de explicación.

En cuanto a riesgos añadidos, se alertó sobre la prioridad de evitar la reaparición de la malaria en la Albufera, erradicada hace años, dado que la enfermedad sigue presente en el Delta del Ebro y hubo voluntarios procedentes de esa zona que pudieron transportar mosquitos en sus vehículos. Además, se lamentó que el mensaje Es-Alert se enviara a las 20.11 horas, cuando ya se habían producido los peores efectos, y que los vehículos, especialmente los eléctricos por el colapso de las baterías con el agua, se convirtieran en ‘ataúdes flotantes’.


MAS ALLA RECONSTRUCCION 2
dona el pas GVA