El Valencia Basket ha decidido no poner a la venta entradas para el duelo de Euroliga de este miércoles ante el Hapoel Tel Aviv en el Roig Arena.
La entidad, que días atrás había promocionado el encuentro entre sus abonados, mantiene abiertas varias opciones operativas. Además, no descarta que el choque se dispute finalmente a puerta cerrada.
El club analiza medidas adicionales para minimizar riesgos y pretende comunicar su decisión en las próximas horas. Fuentes internas subrayan que la seguridad será el criterio determinante. Esta será en coordinación con la Delegación del Gobierno. Todo con el objetivo de garantizar un desarrollo normal del partido y del entorno del pabellón.
Seguridad y protestas en el entorno
Varias organizaciones han convocado movilizaciones frente al Roig Arena la misma tarde del encuentro. Sus mensajes acusan a Israel de ‘genocidio‘ en Palestina. También reclaman la expulsión de los equipos de ese país de las competiciones europeas.
En paralelo, han pedido la suspensión del partido. Esta es una medida que excede las competencias del club, pues el reglamento de la Euroliga atribuye esa potestad al consejero delegado de la competición, de carácter privado.
Protestas recientes
El clima se inscribe en una secuencia de protestas recientes en eventos deportivos en España. En septiembre, durante La Vuelta, la presencia de un equipo israelí ya provocó manifestaciones. Esto llevó a las entidades de baloncesto a replantearse cómo organizar sus partidos ante rivales de Israel esta temporada. Su objetivo es evitar incidentes y tensiones en los accesos.
Otros clubes
Algunos clubes ya han optado por el escenario más restrictivo. Tenerife anunció que jugará este martes en la Basketball Champions League ante el Bnei Herzliya sin público. Asimismo, el BAXI Manresa comunicó lo mismo para su compromiso del miércoles frente al Hapoel Jerusalén en la Eurocopa.
Estas decisiones buscan reducir la afluencia, simplificar los dispositivos de seguridad y concentrar el operativo en lo estrictamente deportivo.
Puerta cerrada
Si el Valencia Basket elige la puerta cerrada, el partido se celebraría únicamente con jugadores, cuerpos técnicos, árbitros y personal imprescindible. Esto significaría sin aficionados en las gradas. Si finalmente se permite la presencia de público abonado, el club tendría que ajustar accesos y controles. Esto es para delimitar aforos y tiempos de entrada, evitando aglomeraciones en el exterior.
En cualquier caso, la entidad mantiene su interlocución con las autoridades y prioriza una solución que proteja a asistentes y trabajadores. Además, busca que cumpla las exigencias de la Euroliga. La decisión final marcará cómo se vive el debut del Roig Arena en la actual campaña europea ante un partido señalado por el contexto extradeportivo.
