El grave deterioro en el que se encuentran algunos monumentos debido a su falta de mantenimiento por falta de inversión o por el abandono de las instalaciones, ha hecho que en València hayan entrado 20 en la Lista Roja de Hispania Nostra, que recoge aquellos elementos del patrimonio cultural español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, con el objetivo de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.
No obstante, muchas de ellas tienen un importante valor patrimonial, hasta el punto de obtener la denominación de Bien de Interés Cultural (BIC) o Bien de Relevancia Local (BRL), que es el caso del conocido acueducto dels Arcs de Manises, recientemente añadido, que a causa de la degradación de su entorno, ya que menudo se acumulan basuras y la vegetación invade el monumento. Además, hay diversas pintadas y graffitis y muchas de sus piedras se encuentran completamente “deterioradas e incluso en riesgo de derrumbe”, señalan desde la organización.
Además de esta, otra de las construcciones que han sido recientemente añadidas a esta clasificación es el Cine Metropol. Concretamente entró a formar parte de esta lista este jueves 15 de junio debido a su completo estado de abandono. Se trata del último cine de la Segunda República, construido por el arquitecto Javier Goerlich Lleó, entre los años 1932 y 1934, sobre una fachada original del edificio de 1882, obra de Gaspar Latorre. Desde este momento, el cine se convirtió en una de las salas más modernas y populares de la València Republicana.
En tercer lugar el 29 de mayo la Alqueria de Ponsa o Bondía, que es considerado también como un Bien de Relevancia Local (BIC) y Bien Etnológico de Interés Local (BEIL). Esta situada en el Barrio de la Aguja, como popularmente se llama al Barrio de la Virgen de los Desamparados. Se trata de un prototipo de alquería de raíz rural de gran valor histórico y tipológico, muestra de un modo de vivir y trabajar el espacio agrícola. La alquería de Ponsa, es también conocida como alquería de Bondia por estar situada junto al desaparecido Camino que recibe el mismo nombre.
Su estado de conservación “es muy malo”, tal y como apuntan desde la misma asociación, ya que se encuentra “completamente abandonada, cerrada y ha estado okupada en diversas ocasiones”. Los vehículos “la rodean y aparcan en el entorno de protección del bien y a escasos centímetros de sus fachadas, con el riesgo de derrumbe que eso conlleva”, explican.
El barrio de Nazaret también se ha incluido en esta lista, debido al mal estado en el que se encuentra su conocida como Antigua Estación de FEVE, declarada como Monumento de Relevancia Local, el cual pertenecía a la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de la capital. El edificio era parte del ramal ferroviario que conectaba el centro con el puerto. Fue inaugurada en 1912 siguiendo un proyecto arquitectónico similar al de las estaciones de la línea de València a Villanueva de Castellón, con la que enlazaba en la misma estación de Jesús.
En 1957, sufrió los efectos de la devastadora riada, al estar situada apenas a unos metros de la desembocadura del Túria. Este hecho fue determinante para la estación, que acabó con la línea de mercancías y de pasajeros. Por tanto, desde Hispania Nostra explican que su estado es “muy malo” ya que se encuentra “cerrada y abandonada” desde hace décadas. Con “numerosos elementos impropios” como cables e instalaciones superpuestos, carpinterías o “alteración de huecos en fachadas, pérdida de remates y antepechos”, explican.
Por otro lado, la Quinta de Nuestra Señora de la Mercedes o Casino del Americano, que entró a formar parte de esta lista desde el 10 de febrero de 2023 y es un Bien de Relevancia Local. Asimismo, este se ubica en la Avenida Burjassot y fue construida en 1869, fue el matrimonio formado por Joaquín Megía y Mercedes González-Larrinaga, quienes encargaron esta villa.
Actualmente, su estado es “muy deficiente”, tal y como se reconoce en la ficha. “Algunos de los huecos de las ventanas están abiertos, el exterior del inmueble lleno de pintadas y la verja y el muro perimetral se han venido abajo en diferentes tramos, teniendo que ser parcheados y reparados en diversas ocasiones”, detallan.
El antiguo horno de cal en el barrio de la Cruz Cubierta que fue añadido a la lista el 19 de diciembre de 2022 y es considerado como Bien de Relevancia Local. Asimismo, está datado en 1878, en el que se trataban las piedras calcáreas que daban lugar a la cal, producto muy utilizado en la época como desinfectante, entre muchos otros usos. Durante la Guerra Civil y en la postguerra fue el punto exacto de los fusilamientos extrajudiciales de al menos un millar de personas de ambos bandos de la contienda militar.
Desde al menos el año 2007, se tiene constancia de que este horno de cal se ha ido degradando y deteriorando progresivamente sin que se haya tomado medidas para frenar esta situación. El entorno de protección de este BRL es usado como lugar para realizar botellón dejando basura en las inmediaciones.
Existe un expediente abierto, con dos recomendaciones del Síndic de Greuges, para que el ayuntamiento de València agilice todos los trámites y permisos necesarios para intervenir, con el fin de revertir y solucionar los daños que está sufriendo el antiguo horno de cal. Actualmente, corre un alto riesgo de desplome y desaparición.
Por otro lado, el famoso Teatro Escalante, también forma parte de esta lista, ya que desde 2017 sufre problemas graves en su estructura, por lo que cerró su acceso a público. Data del Siglo XX y es un Bien de Relevancia Local (BRL). Está situado en un palacio tardo-renacentista; fue adaptado en el año 1920 y es entonces cuando obtiene su apariencia actual.
La barraca del Coixo Navarro en Alboraya, construida a mediados del siglo XVIII e incluida en la lista roja el 27 de julio de 2022. Se trata de una barraca típica valenciana, de dimensiones más grandes de las habituales, y tiene anexos unos cuerpos construidos de reducidas dimensiones que rodean un pequeño patio interior y conforman un conjunto cerrado visto desde fuera que se encuentra “en ruinas”. La primera semana de mayo de 2022, parte de la fachada lateral, recayente al camino de San Cristóbal, “se vino abajo”, explican. Por tanto, el riesgo de desaparición del bien “es muy alto, pues lleva décadas abandonada y sin un mantenimiento regular que asegure su estructura”.
El Edificio Santiago Rusiñol del conjunto de la Alquería de Sant Llorenç o de Albors es una construcción con un grado de protección legal de Bien de Relevancia Local e incluido dentro del Ámbito de protección de San Miguel de los Reyes. Se añadió a dicha lista el pasado 21 de junio de 2022. En ellas se desarrollaron las instalaciones agrarias de la explotación de las tierras del monasterio, si bien en época bajo medieval aparece el molino como ‘Molí de Montanyana’.
Su aspecto actual corresponde a una construcción del siglo XVII sobre una estructura medieval. Durante siglos y hasta el XIX fue propiedad del monasterio del mismo nombre. No obstante, su estado es “malo”, conforme explican ya que está “parcialmente derrumbada en una de sus fachadas”. Entre abril y mayo de 2017, se produjo el desplome de parte de esa fachada, produciéndose importantes daños y teniendo que ser apuntalada para evitar “la destrucción completa de este bien cultural”.
Por otro lado, la Alquería del Rey, construcción situada en la zona de Campanar en València que fue incluida en la lista el pasado mes de abril de 2022 y es considerada un Bien de Relevancia Local. Se trata de un conjunto de pequeñas explotaciones agrícolas de origen medieval, datadas de entre los siglos XIV y XV.
Se encuentra sumida en un “profundo abandono” desde finales desde el año 2000, con la expropiación de las tierras y el posterior desalojo de sus propietarios. El conjunto de la Alquería del Rey se encuentra en un estado que roza “la ruina técnica absoluta,” a la espera de una propuesta de rehabilitación que no ha llegado. El derrumbe del pasado 23 de noviembre de 2021 se llevó por delante el cuerpo central de la estructura basilical y uno de los cuerpos laterales.
La Alquería de Tallarrós, situado en la zona de Poble Nou en el Pla de Sant Bernat y es considerado como una construcción de Bien de Relevancia Local. Asimismo, fue un edificio habitado hasta aproximadamente 1980 por labradores, lo abandonaron por su avanzado estado de ruina, pasando a ocupar una casa de nueva planta situada frente a la antigua alquería. Dedicados siempre a la agricultura, han cultivado hortalizas, tabaco y antiguamente producción de seda.
“Ruina total”, es como la califican desde Hispania Nostra. Al tener múltiples derrumbes que dejan a la vista el interior de la alquería. Se encuentra así desde antes del año 2013, cuando se redactó la correspondiente ficha dentro de la revisión simplificada del Plan General de València – catálogo de bienes y espacios protegidos de naturaleza rural, en el que ya se indicaba como estado de conservación.
El Molí dels Frares, es una construcción considerada como Bien de Interés Cultural e incluida en la lista el 23 de diciembre de 2021. Data del Siglo XIII y proviene de la institución que durante varios siglos fue su propietaria, el convento de Santo Domingo de los Dominicos. Se encuentra construido sobre el cauce de la acequia de Petra, uno de los tres brazos en los que se organiza la acequia de Mestalla, siendo el primero situado sobre su trazado.
Forma parte de un conjunto más grande de una antigua alquería con dependencias y almacenes anexos, los cuales además se fueron modificando a lo largo del siglo XX. Estas obras, a partir del 1940, probablemente eliminaron buena parte del molino original, pero sería necesario un trabajo arqueológico y arquitectónico para identificar correctamente sus partes y antigüedad.
El estado de conservación del edificio “es ruinoso en algunas partes”. Las cubiertas están “abandonadas y el deterioro que se prevé en poco tiempo es devastador”. El mural se encuentra actualmente en buen estado debido a la actuación que se produjo hace veinte años. En la actualidad “está hospedado por unos jóvenes okupas que se han establecido en las instalaciones del molino”.
La alquería de Serra se encuentra ubicada en la Senda de la Carrasca, al lado del cementerio de Benimaclet y junto a la antigua y desaparecida vía Churra. Está catalogada como un Bien de Relevancia Local (BRL) y hoy día está entre la Ronda Norte y la Autopista del Mediterráneo, alzándose majestuosa y rodeada por la huerta que ha sobrevivido al envite del urbanismo que se abrió paso precisamente con la Ronda Norte, partiendo en dos los campos de cultivo y sustituyéndolos por asfalto.
Aparece documentada por primera vez en 1694, cuando el jesuita Francisco Antonio Cassaus levantó un plano de la Particular Contribución de València, el territorio que rodeaba a la ciudad y sobre el que esta ejercía la jurisdicción suprema. Este plano fue editado un año después por Ascensi Duart.
A fecha de hoy, la alquería de Serra muestra “varias grietas y desprendimientos preocupantes tanto en su fachada principal como en el patio interior”. Todo el exterior está llena de “pintadas delictivas y ha estado ocupada durante muchos años“. Cuenta con seis recomendaciones del Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, en un expediente abierto desde diciembre del año 2013.
En Ciutat Vella se encuentran los restos de la muralla islámica de València, construida en el siglo XI por el emir Abd al-Aziz ibn Ámir (1021-1061), es considerada como un Bien de Interés Cultural y forma parte de la liista desde el 22 de diciembre de 2021. Se conoce su trazado por una descripción del geógrafo andalusí Al-Udri, en la época en que esta ciudad era una de las más importantes de Al-Ándalus. Se trata de dos fragmentos de lienzos y una torre de la muralla islámica de la capital del Túria situados en el Barrio del Carmen (Ciutat Vella), concretamente en los nº 5 y 17 de la calle Salinas.
Cabe destacar que este inmueble en ruinas está adosado a parte de la torre, al lienzo de la muralla y a la posible puerta de Bab Al-Hanax, con el peligro que ello entraña. En todos estos años ni la Generalitat ni el Ayuntamiento de València han solucionado este problema y no han procedido a rehabilitar y poner en valor este BIC, aumentado su estado de degradación y de abandono y poniendo en riesgo la integridad del bien.
Por otra parte, el lienzo del nº17 se encuentra completamente abandonado y cubierto por una tela metálica, ya desgarrada y medio deshecha, desde principios de 2015, para evitar más desprendimientos como los que se produjeron a finales de 2014. La parte inferior del lienzo está permanentemente llena de pintadas y de grafitis, hay cableado aéreo y elementos impropios en el BIC.
A pesar del tiempo transcurrido, de las denuncias y de las recomendaciones del Síndic, las administraciones públicas no han instalado ninguna señalética que lo identifique como un bien cultural. A pesar de la colocación de la tela metálica, sigue creciendo la vegetación en la parte superior, cosa que le aporta un exceso de humedad y daños estructurales por el crecimiento de las raíces. Su estado de conservación actualmente es malo y el BIC corre el riesgo de seguir deteriorándose y de producir nuevos desprendimientos de material tanto al solar como a la vía pública.
Por otro lado, dentro de esta lista encontramos a la campana Jaume de la catedral de València que data del año 1429. Pertenece a uno de los conjuntos más numerosos de campanas góticas de toda España. Fue incluida en la lista el 7 de junio de 2018 y es considerada como Bien de Interés Cultural.
El día 25 de diciembre de 2014 dicha campana sufrió un terrible incidente, el cual causó la rotura de sus asas. Dicha rotura según las hipótesis apunta a un exceso de velocidad en el volteo de la campana, sumado a un fallo de toque que se llama “engorronamiento” junto con un mal mantenimiento de la campana. Tras esto se inició una restauración que desde la entidad tachan de “defectuosa” pues actualmente está colgando torcida, con lo cual el centro de gravedad de la campana “esta desplazado”, con el consiguiente peligro que esto genera en la campana, esto “es debido a que esta intervención consistente en la destrucción de las asas de la campana fue realizada en la torre en vez de en un taller especializado”.
También encontramos las Caballerizas del Palacio de Escrivá, cuya época de construcción se desconoce, debido a las diferentes intervenciones que han sufrido. Se plantea que pueden ser uno de los edificios más antiguos del centro histórico de València. El Palacio data del siglo XV, y la fachada, del siglo XVIII. Fue añadida a la lista el 4 de marzo de 2014 y es considerada como Bien de Interés Cultural.
Las obras de restauración del Palacio fueron de 1974 a 1984, a cargo de los arquitectos Joaquín de Ros y Luis Gay. Recibió una medalla de Europa Nostra en 1992. No obstante, actualmente en 2023 su estado es “muy deteriorado” ya que el PGOU de 1988 no dotaba a las caballerizas de ninguna protección, por lo que s”e daba la opción de su derribo para ampliar la Plaza del Conde del Real”.
Asimismo, la Alquería del Moro, situada en el barrio de Benicalap, es la única gótica completa que data del siglo XIV. Constituye una de las más relevantes de la comarca de la Huerta Norte (L’Horta Nord) por sus especiales particularidades. Se encuentra en esta lista roja desde el 17 de agosto de 2010 y es considerada como Bien de Interés Cultural.
Por el momento, se conservan los edificios aunque “muy degradados” por el abandono. “Sufrió un incendio reciente, y actualmente “se encuentra ocupada por personas sin autorización“. Los huecos de la fachada exterior están tapiados de manera tosca”. El 28 de diciembre de 2015 se derrumba un muro de la alquería, que sigue degradándose.
La Alquería de la Torre tiene orígenes medievales y fue reformada en los siglos XVII y XVIII. Se encuentra en esta lista desde el 17 de agosto de 2010. Asimismo, se trata de un Bien de Relevancia Local y protegido por el Plan General de València (PGOU BOE 14/01/1989).
Se trata de una alquería de origen medieval consistente en un potente edificio que incorpora una torre construida en la remodelación en torno al año 1760. La planta se estructura en torno a un patio, disponiendo de una larga fachada perpendicular al camino y recorrida por una pérgola que une con el jardín histórico.
Su estado, tal y como explican desde Hispania Nostra, es de “completo abandono en degradación avanzada”. El Plan de Acción Territorial de Protección de la Huerta califica a la Alquería de la Torre como “recuperable y desde luego lo es, lo necesita y lo merece”.
Finalmente encontramos las alquerías de la Huerta de València. Se incluye en la lista desde el 4 de enero de 2008 y es considerada como una construcción con un grado de protección legal de Bien de Relevancia Local. Asimismo, son de origen árabe y un vestigio agrícola-señorial que ha resistido el paso de los siglos, pero que, hoy, salvo algunos casos, se encuentran sin protección y en abandono.
A pesar de algunos esfuerzos titánicos por conservar el variado legado histórico-artístico, hoy apenas quedan algunos vestigios de lo que fue su arquitectura rural. El voraz expolio urbanístico ha impedido que se puedan “conservar intactos ciertos conjuntos completos y ha destruido otros muchos”. En gran parte están abandonadas por pérdida de” uso y amenazadas por la ruina”. Según un completo estudio elaborado en 2013 por el arquitecto Miguel del Rey, “58 alquerías y barracas valencianas corren un riesgo serio de desaparición”.
Dibujos con ‘siglos de historia’ en riesgo de desaparición
Por otro lado, desde Hispania Nostra, alertan de que hay una serie de pinturas que debido a que no se ha hecho ni un mantenimiento ni se ha rehabilitado la pared o edificio en el que se encuentran “tienen alto riesgo de desaparecer, haciéndolo con ello parte de la historia valenciana”. Concretamente, uno de estos casos es el Grafiti histórico del barco de la calle Bolsería número 35. Este se trata de un antiguo muro del Convento de la Puridad, el cual llegó ocupar una gran área en 1704.
Asimismo, la pintura, podría estar fechada en torno al siglo XV y se trata de un dibujo que decoraba la habitación de una vivienda del número 35 de la calle Bolsería. El dibujo representa un pequeño barco valenciano, quizás una coca o una galera del siglo XV.
