Maribel Vilaplana, la periodista que comió durante cerca de cuatro horas con Carlos Mazón el día de la DANA ha testificado este lunes que el president de la Generalitat no sabía lo que estaba sucediendo y que tampoco percibió ninguna prisa en él cuando le acompañó al aparcamiento, alrededor de las 18:45 horas.
La declaración de Vilaplana, que fue acordada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial tras haber sido rechazada por la instructora, se ha desarrollado durante más de cuatro horas y media en el Juzgado de Instrucción 3 de Catarroja.
del aparcamiento que acredite la hora concreta en la que retiró su vehículo.
Comida y llamadas
La periodista ha declarado que el president, durante esa comida en El Ventorro, atendió llamadas y mensajes, pero que no recuerda haber escuchado sonar su teléfono.
A su juicio, Mazón no estuvo incomunicado; de hecho, el dueño del restaurante llevó a la mesa unos documentos para que Mazón los firmase, según ha explicado. Y ha insistido en que si ella hubiese oído sonar el teléfono le hubiese dicho al president que lo cogiese, de modo que, si sonó y no lo cogió, pudo ser que lo colgase.
Ella propuso al president salir del reservado para que éste hablase con tranquilidad a partir de las 17:30 horas, momento en el que ha relatado que recibió un buen número de llamadas, entre ellas una de la entonces consellera de Interior Salomé Pradas. Fueron tantas las llamadas, ha dicho, que sacó su portátil para seguir trabajando.
En general, Vilaplana ha afirmado que recuerda haber escuchado «poco» a Mazón hablar por teléfono, que estaría más «escuchando que hablando». Ha señalado además que el president no le transmitió ninguna información sobre las conversaciones que mantenía y que, en ningún caso oyó nada sobre dana, Cecopi o lluvias.
La ropa de Mazón y la cuenta
Otro de los puntos de interés de la declaración ha girado en torno a la ropa que vestía el president en aquella comida, pues abandonó el Palau de la Generalitat con traje y corbata y se le volvió a ver en el Cecopi con camisa y jersey.
La testigo ha respondido que llegó a la comida con americana, pero que se la quitó y se puso un jersey, aunque ha asegurado que no sabe si esta prenda es la misma con la que llegó al Cecopi.
Comieron «productos de temporada», bebieron una botella de vino y no hubo copas tras la comida. Vilaplana ha explicado que quiso pagar su parte pero que el president le dijo que no se preocupase, que «ya está», aunque no vio a nadie traer un datáfono a la mesa ni sabe cómo se abonó aquel ágape.
La conversación
Sobre los asuntos tratados en la comida, Vilaplana ha asegurado que Mazón le propuso un puesto directivo en la televisión autonómica (À Punt), extremo que ella rechazó, y que el president le dijo que le explicase en qué consistía su trabajo.
En este punto de la conversación, Vilaplana le dijo que le «enervaba» que no se utilizara más el valenciano. Mazón respondió que no se sentía cómodo en esa lengua, de modo que ella se ofreció a asesorarle en esta materia.
El vídeo de las inundaciones de Utiel
La periodista ha admitido que durante la comida recibió un enlace de un vídeo de las inundaciones que sufría Utiel desde primera hora de aquella jornada -17:39, momento en que Mazón estaba hablando con Pradas-, pero ha insistido en que no abrió el vídeo y que, por tanto, no pudo compartir esa información con el president.
El hecho de no haber abierto ese tuit es algo que le «atormenta», ha declarado.
El paseo al aparcamiento
Según la testigo, la actitud del president de la Generalitat y líder del PPCV era «distendida», no tuvo la sensación de que tuviese prisa una vez acabada la comida.
Cuando salieron de comer y de camino hacia el aparcamiento ella le propuso que acudiese al estadio del Levante UD -club para el que trabaja y del que es consejera- a presenciar el derbi regional contra el Elche.
Ha asegurado que caminaron con normalidad y que no hizo público este paseo en sus cartas públicas porque no le pareció relevante.
Una vez en el aparcamiento entró sola y, antes de pagar, se dirigió al coche, porque se había dejado el tique dentro de su vehículo.
Ha dicho también que no vio a ningún escolta ni ningún otro miembro del equipo del president y que, si los había -si le siguieron de forma discreta-, no se dio cuenta.
Las horas posteriores a aquel encuentro
Vilaplana ha asegurado que conversó horas después, en la madrugada del 30 de octubre, con Mazón y que éste le dijo que «había sido muy gordo lo sucedido» y que «no supo nada» durante la comida.
Dos días después el president la volvió a llamar para decirle que lo sentía mucho pero que tendría que salir su nombre porque tenía mucha presión y que «era mejor que cortaran todo contacto», y tras esto Vilaplana ha asegurado que tuvo un «ataque de pánico» y «borró todo», incluido el contacto del president.
Una declaración complicada para Vilaplana
La periodista ha atravesado varios momentos complicados durante la declaración, que ha interrumpido con llantos y sollozos, aunque se ha negado a parar, como le ha propuesto la jueza al menos en tres ocasiones.
En el inicio de su declaración, a micrófono cerrado, la periodista ha explicado a la jueza que no se encuentra bien anímicamente. De hecho, fue atendida el pasado sábado en un centro hospitalario tras sufrir un cuadro de ansiedad.
Ha afirmado sentirse temerosa de que alguien pueda decir o insinuar que el president se desvistió en su presencia cuando le han preguntado por las prendas que vestía el president aquella jornada.
«Algún día podré respirar, dejar de tener pesadillas, no sabe lo que me duele que las víctimas piensen que yo puedo ir de víctima», ha lamentado.
También se ha cuestionado ella misma cómo «Mazón pudo seguir la comida con normalidad, como si no pasara nada».
Tras responder a todas las partes, Maribel Vilaplana ha salido en coche desde el garaje del juzgado de Catarroja alrededor de las 14:45 horas.






