A las 9:30 de esta mañana, el Monasterio de Santo Espíritu del Monte en Gilet, Valencia, fue escenario de un violento ataque que ha dejado a la comunidad de la Orden de Franciscanos Menores (OFM) y a los vecinos conmocionados. Un hombre perturbado ingresó al recinto y, utilizando el báculo de una estatua, comenzó a golpear a los frailes habitación por habitación.
En un audio de WhatsApp, fray Antonio Ivars Solbes, que logró escapar ileso narró lo ocurrido: “Rezad por Santo Espíritu porque de una manera inconcebible ha entrado un hombre, no sabemos por dónde, ha encontrado palos y cosas, y habitación por habitación, ha ido golpeando, casi hasta matar a Juan Antonio, al P. Carlos, a Alberto, al guardián”.
Inicialmente, la Orden de los Franciscanos comunicó el fallecimiento de fray Juan Antonio Llorente Espín, quien fue uno de los más gravemente heridos. Sin embargo, en una actualización reciente, las autoridades médicas del Hospital Clínico aclararon que el fraile sigue luchando por su vida y se encuentra en estado crítico. Este cambio en la información ha sumido a la comunidad en un estado de confusión y preocupación.
El Guardián del convento y otros frailes también resultaron heridos en el ataque y continúan hospitalizados, mientras el Ministro Provincial de la Orden, fray Joaquín Zurera Ribó, se dirige a Valencia para apoyar a los religiosos en este momento tan difícil. En un comunicado emitido, fray Zurera manifestó: “Condenamos sin paliativos esta agresión y nos unimos al sufrimiento de nuestros hermanos, con las lesiones en el cuerpo y el dolor en el alma por lo vivido”.
Un lugar sagrado alterado por la violencia
El Monasterio de Santo Espíritu, un espacio de paz fundado en 1404 y destinado al retiro espiritual, nunca había vivido un suceso de esta magnitud. El ataque ha despertado una ola de solidaridad en la comunidad local y más allá, con mensajes de apoyo y oración por la recuperación de los frailes heridos.
Fray Ángel Ramón, uno de los frailes del monasterio, fue quien logró alejar al atacante y dio aviso a los servicios de emergencia. La Guardia Civil se hizo presente en el lugar poco después de los hechos y ha iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias del ataque y la forma en la que el agresor ingresó al recinto. Las autoridades han pedido prudencia a la población y han asegurado que se tomarán todas las medidas necesarias para proteger a la comunidad religiosa y garantizar la seguridad en el monasterio.
La comunidad de Santo Espíritu sigue unida, confiando en que los frailes afectados puedan recuperarse y volver a sus labores en este lugar tan significativo para la fe y la espiritualidad de la región.