La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reclama a las administraciones que establezcan ayudas directas a aquellos productores que van a ver mermados sus ingresos de manera drástica debido a la sequía.
Así lo han indicado en un comunicado, en el que también solicitan que se potencie la reutilización de aguas depuradas y se pongan en marcha perforaciones de emergencia, así como canalizaciones a las explotaciones afectadas para, mediante riegos de apoyo, poder salvar los animales y las plantaciones y estabilizar una producción que garantice una rentabilidad digna.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ya ha trasladado su “enorme preocupación” al president de la Generalitat, Carlos Mazón, y ha valorado “el compromiso que me ha transmitido personalmente a la hora de analizar posibles actuaciones para aliviar las nefastas consecuencias de la sequía sobre la agricultura autonómica“.
Asimismo, Aguado ha reiterado a la Conselleria de Agricultura que “además de pedir apoyo al Gobierno central, asuma sus propias competencias y aporte las medidas necesarias para el sector agropecuario“.
Uno de los productos más emblemáticos y apreciados de la agricultura valenciana, la uva de moscatel de Alejandría cultivada en La Marina, vive el peor año de su historia. La sequía sin precedentes durante los doce últimos meses (127 litros por metro cuadrado según la estación meteorológica situada en Dénia-Gata, lo que apenas representa la sexta parte de las lluvias de los dos años anteriores) está dejando miles de cepas totalmente secas, hasta tal extremo que los agricultores prevén unas pérdidas cercanas al 100% de la próxima cosecha e, incluso, la muerte de las plantaciones más afectadas.
A estas alturas del año las viñas deberían tener unos brotes verdes que alcanzan los 70-80 centímetros y los agricultores deberían estar realizando las labores de desmonde o aclarado de chupones para dejar los principales en los que crecen los racimos. Sin embargo, buena parte de las cepas, sobre todo en las zonas altas, presentan brotes de unos pocos centímetros que, o son pasto de los conejos, o están tan débiles que no darán uvas.
El delegado de AVA-ASAJA en Teulada, José Buigues, ha explicado que “nunca antes en la vida habíamos visto un panorama tan desolador“. “Aquí hacíamos melones de secano y ahora, en cambio, después de un año entero extremadamente seco, muchas viñas no van a sobrevivir. Con poca agua, este cultivo sería rentable, pero cada semana que pasa sin llover complica el problema. Si los políticos no ponen soluciones, entre la sequía, la fauna salvaje y la presión urbanística aumentará el abandono de los bancales, con la pérdida de patrimonio y el riesgo de incendios que ello supone para la comarca”.
Aguado, quien visitó viñedos junto a agricultores de Teulada, afirmó que “sería una vergüenza que, por falta de infraestructuras hídricas, se perdiera la mejor uva de moscatel del mundo. Sin agua no hay vida y los pocos agricultores que quedan en la comarca deben disponer de suficiente agua para seguir cultivando un producto de calidad y seguir cuidando el territorio para frenar el desierto”.
GANADEROS Y SECANO
Las comarcas del interior de Castellón y Valencia también se encuentran en una situación dramática. AVA-ASAJA constata que los cultivos de uvas (sobre todo en Utiel-Requena), de almendras y olivos están sufriendo problemas de producción a causa de la falta de lluvias. Siguen así los pasos de los cereales de secano, los cuales apenas han germinado y muchos de sus campos no se van ni siquiera a recolectar en comarcas como Los Serranos y Alto Palancia. “Las restricciones de riego que se están implantando en la Comunitat Valenciana amenazan con reducir la cosecha igualmente en las parcelas de regadío“.
La falta de agua y de pastos está multiplicando los costes de producción en el sector ganadero a niveles inasumibles. AVA-ASAJA, que ya alertó de que ganaderos de Els Ports están costeando camiones para trasladar agua a las explotaciones, reclama a las administraciones que afronten económicamente el gasto que suponen estas cisternas, tal como ya se ha realizado en montes públicos para dar de beber a la fauna salvaje.
Aguado solicita “un estudio de las necesidades hídricas de la Comunitat Valenciana con mayor profundidad y con los consensos más amplios posibles porque hay amplias zonas de alto valor agrario que están entrando en un punto de no retorno. Si dejamos que nuestros campos se mueran de sed, habrá más paro, más despoblamiento rural, más incendios y más desierto“.