martes, 29 abril 2025

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Amparo Bonet cumple su promesa de hacer buñuelos en fallas en Ruzafa durante 50 años

Buñuelos Bienve es un lugar de peregrinaje en fallas para saborear el puro sabor valenciano de los buñuelos de calabaza y de higos macerados con cazalla. Amparo Bonet Higón, cuelga este año el delantal tras 50 años haciendo buñuelos en Ruzafa durante las fallas. Aunque todos la llaman Bienve en recuerdo a su abuela Bienvenida Garrigues Lujan que inicio una saga con la promesa hoy cumplida de 50 años de sacrificios y esfuerzo.

Buñuelos de Bienve

La abuela Bienve comenzó la saga familiar en 1928 haciendo buñuelos en un bar frente al actual mercado de Ruzafa. En 1966 inauguró su propio negocio con el bar Bienve. Pocos años después, su hija y madre de Amparo Bonet sufre una grave enfermedad. “Mi madre tuvo un primer brote de esclerosis multiple en fallas. No pudo continuar y acabo en silla de ruedas”.

Recuerda como su abuela Bienve lo era todo para ella. “Un día me sentó en un taburete y me dijo es lo que hay”. Así que después del colegio “iba a los buñuelos a ayudar”. A los 18 años de Amparo y la abuela Bienve con 78 años sellan un pacto, una promesa de corazón a corazón, para seguir haciendo los buñuelos de Bienve en el barrio de Ruzafa durante las fallas durante 50 años. “Mi madre no podía y mi abuela con esa edad tampoco. Siendo hija y nieta única tome las riendas”, señala.

Le preguntamos cuál es la fuerza para cumplir cada año la palabra dada durante medio siglo pese a muchas dificultades. “Yo soy muy de cumplir promesas y más con mi abuela Bienvenida Garrigues Luján, que era prima hermana de Néstor Luján, escritor. Bienve es la persona que me ha criado y me ha sacado adelante. Para mi era mi abuela, mi madre, mi amiga, lo era todo”.

Desde sus comienzos,  Amparo ha recorrido el barrio de Ruzafa durante medio siglo vendiendo buñuelos en Fallas, incluidos 20 años en el Bar Bimbi. Las anécdotas dan para escribir un libro incluso los hay que pide una calle dedicada a Bienve en Ruzafa. Amparo recuerda cómo se enteró un 13 de marzo que estaba embarazada de gemelas mientras vendía buñuelos. “Las gemelas, Letizia y Adriana empezaron con 16 años y hoy están en el puesto. Mi hijo Rafa también empezó muy jovencito a ayudarme”.

Cuando acababan las fallas, cada uno vuelve a su faena. Amparo, la matriarca de esta familia buñolera recuerda que “tenía que pedir permiso en el trabajo para hacer buñuelos en Ruzafa”. Confiesa que la vida no ha sido fácil pero con esfuerzo ha salido siempre adelante. Ha trabajado en un sin fin de empresas para sacar adelante a sus cinco hijos. “Yo solita, sus papas no han colaborado”, confiesa como madre luchadora. Un sacrificio que hoy encuentra la satisfacción de sus hijos, el reconocimiento de todo un barrio y el apoyo de su actual marido Javier Jiménez, atento siempre en aportar felicidad a una gran familia y como el se define “una moto Vespa para ir solucionando problemas”.

La saga de Bienve continuará

La cremá de este miércoles 19 de marzo de 2025 es la fecha señalada que culminará con la celebración familiar de una promesa cumplida, sin fallar un año durante medio siglo, salvo en el año de la pandemia, aunque abrió el puesto hasta que tuvo que cerrar por decreto en el confinamiento.

“Hemos llegado a los 50 años. Para mi es mucho orgullo haber cumplido y que hoy podamos estar vendiendo los buñuelos que hacia mi abuela Bienve con tres generaciones y otras dos más a las puertas” señala Amparo Bonet.

Las últimas incorporaciones son un nieto y una nieta que representan la quinta generación. Amparo sabe que pese a colgar el delantal la tradición de la abuela Bienve continuará. En 50 años nunca ha fallado. “La fuerza que acompaña cada año para cumplir la promesa es pensar en mi abuela. Mi Bienve lo fue todo en mi vida” señala Amparo visiblemente emocionada cada vez que recuerda a su abuela.

La próxima cremá será un día muy especial. Amparo cuelga el delantal tras una dura vida de esfuerzos y una merecida jubilación. Reconoce con orgullo que la historia continuará con sus hijos y nietos. Cuando lleguen las próximas fallas dejarán todo lo que estén haciendo para vender sus buñuelos en su amada Ruzafa. Amparo reconoce que no habrá necesidad de pactos y promesas de 50 años ya que hijos y nietos comparten la misma pasión y orgullo en su ADN. Como en su día hizo  Bienve y hoy llega hasta la quinta generación. La sucesión está garantizada. La promesa se ha convertido en una pasión compartida. También, una de las hijas de Amparo abrió hace un año una buñolera en Alcántara del Xuquer.

Miles de personas han desfilado en fallas hasta este puesto junto a la avenida Reino de Valencia para saborear los buñuelos de Bienve durante 50 años acompañado con el chocolate que sirven en la cafetería próxima de Gasol. Para Amparo lo más gratificante son los reencuentros en fallas, los abrazos con vecinos de toda la vida y descubrir nuevas amistades que estos días se acompañan de recuerdos y lagrimas de emoción. Recuerda también a un sin fin de personajes, desde la Pantoja hasta un gran gastrónomo y amigo del alma, Ricart Camarena, “al que le gusta y alaba nuestros buñuelos”.

En estos 50 años mucho ha cambiado Ruzafa y Valencia.  “Recuerdo las casitas de madera cuando empezaron a hacer el mercado de Ruzafa. En estos cincuenta ha habido un cambio bárbaro, ni mejor, ni peor, es diferente. Los tiempos cambian y hay que admitir los cambios. Hay muchísima restauración y sólo nos queda de entonces la única tienda de Garrigues Marti. Prácticamente de la Ruzafa de hace 50 años no queda nada”.

Confiesa el secreto de los buñuelos de Bienve, “mucha calabaza,(de Villamarchante), y aceite limpio. No hay más secreto  y todo el amor de estos 50 años. Nosotros lo vivimos con mucho

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