La Generalitat Valenciana ha emitido un comunicado oficial en el que recuerda que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) es la entidad con la competencia y la obligación de alertar sobre los riesgos de desbordamiento de ríos y barrancos en su jurisdicción. Esta aclaración se produce tras las declaraciones del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien afirmó que “no hubo vacío informativo” y que existió “una comunicación directa entre la CHJ y la Generalitat” durante la catastrófica DANA del 29 de octubre. Sin embargo, la Generalitat ha refutado estas afirmaciones, destacando una “laguna informativa crítica” en un momento clave de la emergencia.
Falta de comunicación en horas cruciales
El gobierno autonómico detalla que, entre las 16:13 y las 18:43 horas del 29 de octubre, la CHJ no envió ninguna comunicación sobre la evolución del caudal del barranco del Poyo, un lapso que se considera de vital importancia. En ese intervalo de dos horas y media, el caudal del barranco pasó de 28,7 m³/s a 1.686 m³/s, una subida dramática que no fue comunicada al Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat. Esta falta de información es especialmente preocupante considerando que el caudal final registrado es equivalente a cuatro veces el del río Ebro y 35 veces el del trasvase Tajo-Segura.
Durante este periodo de “apagón informativo”, los mensajes de la CHJ se limitaron a reportes de pluviometría, es decir, al registro de las precipitaciones medidas por pluviógrafos. Estos mensajes no alertaban de un peligro inminente de desbordamiento, lo que dejó al Centro de Coordinación de Emergencias sin la información necesaria para actuar de manera preventiva.
Responsabilidades de la CHJ según el plan de emergencias
El Plan Especial frente al Riesgo de Inundaciones de la Comunitat Valenciana es claro en sus atribuciones a la CHJ. Esta entidad tiene la responsabilidad de proporcionar al Centro de Coordinación de Emergencias datos en tiempo real sobre el caudal de los ríos y barrancos y de recomendar la activación de alertas hidrológicas cuando sea necesario. Además, el plan estipula que la CHJ debe evaluar la situación de riesgo y comunicar inmediatamente cualquier incremento peligroso del caudal que pueda poner en riesgo a la población.
La Generalitat recalca que la CHJ es parte del Comité Asesor del CECOPI y, como tal, debe desempeñar un papel activo en la evaluación y comunicación de riesgos. No basta con enviar datos de lluvia acumulada; es crucial informar de la evolución de los caudales y alertar de cualquier potencial desbordamiento. En este sentido, la Generalitat sostiene que la CHJ incumplió con sus funciones al no emitir un aviso de caudal elevado entre las 16:13 y las 18:43 horas.
La respuesta de la Generalitat y las implicaciones políticas
Las afirmaciones de Fernando Grande-Marlaska fueron calificadas por la Generalitat como “imprecisas y parciales”. La administración autonómica ha señalado que estas declaraciones contribuyen a la confusión y desinformación en torno a lo ocurrido. Al señalar la falta de aviso por parte de la CHJ, la Generalitat también está poniendo el foco en la necesidad de una revisión y fortalecimiento de los protocolos de comunicación y actuación entre las distintas administraciones implicadas en la gestión de emergencias.
La polémica ha avivado el debate político, con partidos de la oposición exigiendo explicaciones y responsabilidades. Desde la Generalitat se ha insistido en que la CHJ debe asumir sus competencias de forma proactiva y que no es responsabilidad de los servicios autonómicos suponer la evolución de un caudal basándose solo en datos de lluvia acumulada. Esto, según las autoridades, denota un “profundo desconocimiento del funcionamiento hidráulico de una cuenca hidrográfica” o, peor aún, un intento de confundir a la opinión pública.
Análisis de la cronología de los avisos
El informe de la Generalitat incluye una cronología detallada de las comunicaciones recibidas el 29 de octubre:
- 11:06 horas: La CHJ informa de un caudal de 264 m³/s en el barranco del Poyo con tendencia ascendente.
- 12:07 horas: Confirmación del caudal anterior por la CHJ.
- 13:42 horas: La CHJ desactiva el aviso al bajar el caudal a 120 m³/s, aunque la Generalitat mantiene la alerta hidrológica.
- 16:13 horas: La CHJ informa de un caudal de 28,7 m³/s.
- 18:43 horas: La CHJ comunica un caudal de 1.686 m³/s con tendencia ascendente, tras un periodo de más de dos horas sin emitir ningún aviso.
El análisis de esta secuencia de avisos muestra claramente el vacío informativo durante las horas críticas de la emergencia. La Generalitat subraya que durante este lapso, la falta de alertas impidió tomar medidas preventivas que podrían haber minimizado el impacto del desbordamiento del barranco del Poyo.
La importancia de una comunicación eficaz
La situación vivida el 29 de octubre pone en evidencia la necesidad de mejorar la coordinación y comunicación entre las diferentes entidades responsables de la gestión de riesgos en situaciones de emergencia. La Generalitat ha enfatizado que no solo es fundamental contar con datos precisos en tiempo real, sino que estos deben ser acompañados de una evaluación de riesgo clara y oportuna.
La CHJ, al ser la entidad que gestiona los recursos hídricos y la cuenca del Júcar, tiene un papel clave en la gestión de los caudales de ríos y barrancos. La normativa actual exige que la CHJ informe no solo de las precipitaciones registradas, sino también de los incrementos de caudal que puedan desencadenar situaciones de riesgo. La falta de esta comunicación durante un episodio tan crítico como el vivido en la DANA del 29 de octubre es, según la Generalitat, un incumplimiento grave de sus responsabilidades.
Las lluvias y el contexto meteorológico
El fenómeno de la DANA del 29 de octubre provocó precipitaciones que superaron con creces las previsiones iniciales. En Chiva, se registraron acumulaciones de lluvia de 461 mm, más del doble de lo esperado según la AEMET. En otros puntos de la demarcación, como Bugarra y Chera, las lluvias también fueron intensas, aunque no generaron el mismo nivel de daños que el desbordamiento del barranco del Poyo.
El hecho de que la CHJ no emitiera avisos de caudales elevados, incluso cuando los datos de pluviometría mostraban valores significativos, es un punto que la Generalitat considera inaceptable. Las lluvias, si bien extremas, fueron manejables en otras áreas gracias a la previsión y la gestión adecuada de la información. Esto refuerza la crítica hacia la CHJ por no haber actuado de forma similar en el caso del Poyo.
Revisión de los protocolos de emergencia
A raíz de estos hechos, la Generalitat ha subrayado la necesidad de revisar y fortalecer los protocolos de emergencia. La falta de comunicación en momentos tan críticos pone de manifiesto las lagunas en el sistema de gestión de riesgos y la necesidad de establecer mecanismos más eficaces y rápidos de transmisión de información.
El Plan Especial frente al Riesgo de Inundaciones de la Comunitat Valenciana será objeto de revisión para asegurarse de que las competencias de cada organismo estén claramente definidas y que se cumplan sin dilaciones. La prioridad, según las autoridades autonómicas, es proteger a la población y evitar que una situación como la del 29 de octubre se repita en el futuro.
Conclusiones y perspectivas futuras
La Generalitat ha insistido en que la CHJ tiene la obligación de gestionar y alertar sobre los riesgos en los caudales de los ríos y barrancos. Este caso ha dejado en evidencia las consecuencias de no cumplir con estas responsabilidades, que pueden resultar en daños materiales y pérdidas humanas. La administración autonómica está decidida a impulsar cambios que mejoren la comunicación y la coordinación en futuras situaciones de emergencia, asegurando que los ciudadanos reciban la protección que necesitan.