El antiguo restaurante ubicado en la subida al Castillo de Cullera ya es historia. El Ayuntamiento del municipio ha finalizado el derribo de este edificio después de años intentando localizar a su propietario por el alto riesgo de desprendimientos que presentaba.
La actuación, de la que siempre será deudora la propiedad, ha permitido demoler este voluminoso restaurante que presentaba mal estado a causa de su abandono, y donde el vecindario también alertaba de caídas de cascotes y fragmentos de la obra.
Según ha indicado el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, esta actuación «nos permite ganar en seguridad ciudadana y calidad paisajística, lo que supone también devolver a la zona a su estado natural original e iniciar un proceso de reforestación».
El consistorio ha llevado a cabo un largo proceso de investigación y gestiones para poder iniciar el derribo de este edificio. Una investigación sin éxito, pero que una vez se ha conseguido la autorización judicial, se ha podido responder en pocas semanas a esta reivindicación histórica.