La DANA deja un saldo desgarrador en la Comunitat Valenciana
La DANA ha causado al menos 214 muertes en Valencia. La emergencia sigue en desarrollo con tareas de búsqueda y rescate. Descubra los detalles de esta devastadora catástrofe natural en la región.
La situación en la Comunitat Valenciana tras el paso de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) se vuelve cada vez más trágica. Según el último balance del Centro de Coordinación Operativo Integrado de Emergencias (CECOPI), la cifra de víctimas mortales ha alcanzado ya las 214, incluyendo doce nuevos fallecimientos que se suman al recuento de 202 reportados el pasado viernes. Este saldo continúa siendo provisional, ya que los trabajos de levantamiento e identificación de cadáveres siguen en marcha.
La situación en Valencia capital se presenta particularmente crítica, con un total de 13 muertes confirmadas. Entre las víctimas se encuentran un agente de la Policía Local y una mujer encontrada muerta en su domicilio. Las autoridades también informaron sobre el fallecimiento de otra persona que fue trasladada al hospital. Este lamentable conteo se ha ido incrementando, pues el día anterior se confirmaron cuatro muertes.
Un panorama devastador en los municipios afectados
Cifras alarmantes en los pueblos valencianos
El Ayuntamiento de Utiel, en la Plana de Utiel-Requena, ha confirmado la muerte de seis vecinos debido al desbordamiento del río Magro. En la comarca de Els Serranos, en Sot de Xera, al menos una persona ha perdido la vida. Sin embargo, la situación se agrava más al sur. Chiva, en la Foia de Buñol, ha reportado siete muertes y “cientos” de desaparecidos. Los esfuerzos de búsqueda se ven complicados por problemas de acceso y dificultades de comunicación, lo que incrementa la preocupación por los trabajadores de un polígono industrial y por vecinos que vivían en casas de campo que han desaparecido tras la avenida de agua.
La alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, ha confirmado que este municipio es el más afectado, con un total de 62 muertes, casi veinte más de las estimaciones iniciales. Entre las víctimas se incluyen seis ancianos que fallecieron en una residencia. Además, se considera que dos agentes de la Guardia Civil desaparecidos a causa de la inundación en su cuartel se dan por muertos. En Picanya, localidad vecina, se reportaron seis muertes, mientras que el alcalde de Massanassa, Francisco Comas, estima que la DANA ha dejado al menos diez víctimas en su localidad.
En Catarroja, las estimaciones indican entre quince y veinte muertes, aunque estas cifras son confusas, ya que han sido recopiladas por los vecinos a partir de los cuerpos que van recuperando. Otros municipios como Benetússer y Aldaia también han reportado pérdidas humanas, con dos vecinos en desfile desconocido en el primero y cinco muertes en el segundo.
Desafíos en la identificación de víctimas
Los equipos forenses están trabajando arduamente. Hasta el momento, han realizado 183 autopsias y han logrado identificar a 67 víctimas. En este proceso, cuando un cuerpo es identificado, las fuerzas de seguridad contactan a los familiares para notificarles y facilitar los trámites necesarios para la entrega de los restos y la autorización del entierro. El Instituto de Medicina Legal de Valencia ha movilizado más de 130 efectivos, que incluyen médicos forenses, psicólogos y personal especializado para afrontar esta crisis.
El drama humano se intensifica al conocerse que el vaciado de un aparcamiento subterráneo en la plaza del Mercado de Algemesí ha revelado tres cadáveres, mientras que en Alcúdia se han constatado dos muertes de mujeres, una de ellas de cincuenta años y su madre. La alcaldesa de Albalat ha expresado su preocupación, hablando de la posibilidad de “decenas” de defunciones a medida que continúen las tareas de búsqueda.
El impacto histórico de la DANA
La DANA que ha azotado la Comunitat Valenciana se considera uno de los desastres naturales más graves de los últimos 75 años en España, superando eventos trágicos como la riada de Biescas en 1996, que dejó 87 muertos, y la riada del Turia en 1957, con un saldo de entre 80 y 100 fallecidos. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha calificado esta DANA como la más adversa del siglo en la región, con registros que superan los de otros eventos significativos en las últimas décadas.
Aunque no hay cifras oficiales sobre el número total de desaparecidos en la provincia de Valencia, el panorama es desolador. La DANA ha desbordado ríos, arrastrando automóviles y causando daños incalculables en infraestructuras y propiedades. Las imágenes de calles inundadas y vehículos flotando se han vuelto comunes, retratando la magnitud del desastre que ha azotado a la región.
La atención se centra no solo en la recuperación de los cuerpos y el apoyo a los afectados, sino también en la evaluación de los daños y la planificación de medidas para prevenir futuros desastres. Las comunidades afectadas están comenzando a pensar en la reconstrucción, mientras que los gobiernos locales y regionales buscan financiación para mejorar las infraestructuras y los sistemas de drenaje, y así evitar que situaciones similares vuelvan a ocurrir.
Reflexiones y apoyo comunitario
Las autoridades han instalado a la población a mantener la calma y seguir las instrucciones de seguridad. Las operaciones de rescate continúan, con un gran despliegue de recursos y equipos de emergencia. La colaboración entre las fuerzas de seguridad, los servicios de emergencia y los voluntarios de la comunidad se ha convertido en un rayo de esperanza en medio de la tragedia.
A medida que las familias comienzan a recibir noticias de sus seres queridos, ya sea para bien o para mal, el duelo colectivo se siente profundamente en cada rincón de la Comunitat Valenciana. La solidaridad y la compasión emergen como fuerzas vitales en este momento crítico, mientras los valencianos se unen para ayudar a quienes han perdido tanto.
La DANA ha dejado una huella imborrable en la Comunitat Valenciana, y mientras se cuentan las víctimas, se hace evidente que la recuperación será un proceso largo y difícil. La comunidad se encuentra en un momento de reflexión y acción, dispuesta a aprender de esta experiencia dolorosa ya prepararse mejor para lo que pueda venir. Con cada vida perdida, se renueva el compromiso de mejorar la resiliencia ante desastres y de construir un futuro más seguro para todos. La tragedia de la DANA no será olvidada, y su impacto resonará en la memoria colectiva de la región durante generaciones.
