La controversia en torno a la gestión del caudal de la Rambla del Poyo ha escalado en los últimos días tras un intenso cruce de acusaciones entre la Generalitat Valenciana y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). La Generalitat, liderada por el presidente Carlos Mazón, ha señalado que el organismo estatal, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, no informó a tiempo sobre el desmesurado aumento del caudal registrado el pasado 29 de octubre durante la DANA. Según la Generalitat, la CHJ no comunicó a las autoridades autonómicas la situación crítica hasta casi las 19 horas, cuando ya se habían alcanzado flujos de hasta 2.282 metros cúbicos por segundo en el barranco.
Tras este intercambio de acusaciones, la situación ha dado un nuevo giro con la desaparición de los datos de caudal de la Rambla del Poyo en la web de la CHJ, lo cual ha despertado suspicacias. El organismo “ha eliminado” datos clave que podrían arrojar luz sobre la respuesta ante el desastre. Estos registros habrían permitido analizar las condiciones exactas en las horas previas al momento crítico, cuando la riada desbordó el caudalímetro alrededor de las 17 horas.
La CHJ, por su parte, ha respondido que la fuerte corriente arrastró el sensor de medición, y que actualmente trabajan en reponerlo y restaurar los datos en su sistema. Señalan que la reposición del dispositivo requiere tiempo, ya que el sistema debe reiniciarse y los datos ser recargados, y aclaran que no solo la Rambla del Poyo está sin datos, sino también otras estaciones afectadas por el temporal.
Esta falta de acceso a información clave en medio de una situación de tensión entre ambas instituciones deja una incómoda sombra de dudas sobre la transparencia en la gestión de la catástrofe y el manejo de la información, justo cuando se requiere claridad para analizar la secuencia de los eventos y su impacto en las áreas afectadas.