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viernes, 10 mayo 2024

Información y noticias de la provincia de Valencia

El botellón y el ruido no cesa en la zona de Honduras

Los vecinos y vecinas de este barrio de València denuncian que esta madrugada 200 personas se concentraron con cánticos y lanzaron objetos y vallas metálicas contra la residencia de estudiantes Damiá Bonet

El botellón ha sido una noche más el causante de las ojeras y la falta de sueño de los vecinos y vecinas de la zona de plaza Honduras y calles adyacentes. Una falta de descanso que se repite casi todos los días y que las entidades vecinales no han parado de denunciar e incluso llevar a los tribunales para conseguir atajar el ruido con la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS), que se deberá aplicar en los próximos meses tras la sentencia favorable. 

Hasta que lleguen estas medidas, el Ayuntamiento de València ha puesto en marcha otras de carácter “disuasorio” con el objetivo de atajar los problemas de convivencia. Sin embargo, el aumento de 200 efectivos policiales, la limpieza con baldeo o la grúa no han sido “suficientes” para que esta madrugada más de un centenar de personas se reunido por los alrededores de plaza Honduras. 

Según denuncian el presidente de la Asociación de Vecinos de plaza Honduras y Adyacentes, Javier Soler, la situación se ha “repetido” otra noche y cerca de 200 personas se han concentrado cerca de la residencia de estudiantes Damiá Bonet (RESA), en la calle Serpis, al cántico de “Resa puta, Resa puta, Resa puta eh”. 

Vídeo grabado por un vecino de la zona en la madrugada del miércoles

Del mismo modo, denuncia que estos jóvenes universitarios “lanzaron objetivos y vallas metálicas contra cristales de la entrada de esta residencia“. “Afortunadamente los clientes de esta residencia no respondieron a la provocación, y cuando llegó la policía, se disolvieron a la carrera. En el barrio estamos más que hartos” manifiesta Soler. 

Este falta de descanso también se repite en otras zonas de la ciudad como Ciutat Jardí donde los vecinos y vecinas denunciaban que este barrio residencial “se había convertido en un parque de ocio nocturno” con coches con música alta o masas de gente que transitan por la noche y hacen ruido, sobre todo de jueves a domingo.

Un problema el del botellón que el Ayuntamiento intenta solucionar con medidas policiales y disuasorias, pero que como reconoció el propio concejal de Movilidad y Seguridad, Jesús Carbonell, estas solo “diluyen” la masa importantes de personas, ya que es un problema “social” y su solución “final” pasa por “una mejor educación y más formación“. 

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