Una desconexión repentina debida a un fallo en una central nuclear volvió a poner al límite al sistema eléctrico español el pasado 17 de junio. A las 19:50 h, en plena bajada de demanda, la central de Almaraz I se desconectó del sistema, provocando una pérdida inmediata de 1.100 MW. Este fallo en la central nuclear recordó al apagón del 28 de abril y activó todas las alarmas del sector energético.
El sistema soporta el fallo sin cortes
La causa, según ha adelantado El Economista, fue la actuación imprevista de un relé de protección en el generador principal. Esto ocurrió tras abrirse una válvula de sobrepresión del transformador. La parada forzada se notificó al Consejo de Seguridad Nuclear al día siguiente. Se catalogó como una situación N-1, cuando el sistema pierde una fuente crítica y debe reaccionar sin afectar al suministro.
Red Eléctrica Española logró controlar la situación gracias a su operación reforzada. Esta se basa en un mayor uso de centrales térmicas y ciclos combinados. Esta estrategia ya fue clave en enero. Se produjo una desconexión similar en Almaraz II por problemas de tensión y un fallo en la central nuclear.
Aelec alerta de un sistema más frágil
Marta Castro, directora de Regulación de Aelec, explicó que “el sistema perdió 1.100 MW y ningún ciudadano se quedó sin luz”. Esto demuestra que con suficientes centrales síncronas y gestión adecuada se puede evitar el colapso. También advirtió que esta resiliencia depende de cambios en la operativa introducidos tras el apagón de abril.
Según Castro, Red Eléctrica “gestiona ahora con más seguridad” gracias a herramientas capaces de controlar la tensión y garantizar la estabilidad del sistema. Estas mejoras se recogen en un informe elaborado por la consultora Compass Lexecon, destacando las consecuencias de posibles fallos en centrales nucleares.
La CNMC advierte de tensiones críticas
Paralelamente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sigue investigando los problemas de tensión en la red de transporte. En algunos momentos, las tensiones han superado los límites normativos. Además, las soluciones disponibles —como las reactancias y la apertura de líneas— están llegando a su límite operativo.
El número de desconexiones por sobretensión se ha disparado: de 30 en 2021 a casi 140 en 2023. Estos incidentes incluyen además el fallo central de la nuclear en Almaraz II a comienzos de este año. Esto coincidió con oscilaciones graves en la red de alta tensión.
Petición europea para evitar el cierre nuclear
El alcalde de Belvís de Monroy y portavoz de la plataforma ciudadana “Sí a Almaraz”, Fernando Sánchez, ha solicitado al Parlamento Europeo que estudie una misión de investigación. Esto se debe al futuro cierre de la central previsto para 2027 y 2028. Aunque la petición sigue abierta, la Comisión de Peticiones ha aclarado que corresponde a los grupos parlamentarios decidir si se lleva a cabo.
Se pierde de forma inmediata una gran cantidad de energía, lo que puede poner en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico si no se activa una respuesta rápida con centrales de respaldo.
Es un protocolo de seguridad que implica que el sistema debe ser capaz de soportar la pérdida de una instalación crítica sin provocar interrupciones en el suministro eléctrico.
Actualmente, gracias a medidas de refuerzo y una mayor implicación de centrales térmicas, el sistema está mejor preparado. Sin embargo, la CNMC advierte que los márgenes de maniobra se están reduciendo.